Cada vez se detectan más restos de cocaína y metanfetaminas en aguas residuales europeas y se están ampliando a nuevas ciudades del continente, lo que revela un problema de drogas “extendido” y “complejo”, según el Observatorio Europeo de las Drogas y las Toxicomanías (EMCDDA).
Los resultados de un estudio publicado y elaborado por el grupo europeo Score en asociación con el Observatorio -con sede en Lisboa- y con datos de 104 ciudades de 21 países, muestran que las seis sustancias analizadas estaban presentes en “casi todos los sitios” en 2022.
Estas conclusiones dibujan “un panorama de un problema de drogas tan extendido como complejo”, según el director del EMCDDA, Alexis Goosdeel, que consideró que las muestras de aguas residuales pueden ser una “alerta temprana de las amenazas emergentes para la salud”.