Rosalía salió al escenario principal de Coachella dispuesta a dar lo mejor de sí. Y lo consiguió.
En el arranque, “Saoko” y “Bizcochito” fueron las dos canciones elegidas para plantarse ante un ejército de fans que llegaba con ganas de bailar con los temas de su álbumes “Motomami” y “El Mal Querer” tras una actuación vibrante en el mismo enclave por parte de la británica Charli XCX.
Pero la figura Rosalía en general y el fenómeno “Motomami” en particular fueron toda una sensación en sí mismos, ya que durante todo el fin de semana centenares de jóvenes desfilaron por el Festival de Coachella con ropa personalizada de la cantante natural de Sant Esteve Sesrovires (Cataluña, España).
Esa admiración se dejó notar desde que se subió al escenario junto a su ya reconocible elenco de bailarines, los cuales volvieron a portar cascos negros de moto bajo un sonido atronador de motores como telón de fondo. Lo que vino después fue una performance cargada de movimientos fusionados con retazos de bailes folclóricos, mientras vestía un top negro y una camisa larga con trasparencias.
“Vuestra presencia me llena el corazón. Yo vengo desde Barcelona y por eso estoy muy feliz de estar aquí. (…) It’s because of you that I’m here tonight (“Por vosotros estoy aquí esta noche”)”, expresó Rosalía intercalando español e inglés.
Precisamente su prometido, Rauw Alejandro, apareció en el escenario. El cantante apareció en escena vestido con una chaqueta negra y un pañuelo del mismo color para interpretar “Vampiros”. “¿Dónde está mi gente latina?, ¿y los fanáticos del reguetón y del perreo?”, expresó el artista entre tema y tema para alentar al público con un ‘Ella es Rosalía’. Pero el momento más emotivo llegó con la interpretación de “Beso”.
La de Sant Esteve Sesrovires no pudo hacer otra cosa que emocionarse. Varios asistentes al concierto pudieron captar el momento en el que la artista, de 30 años, se emocionaba y comenzaba a llorar de la emoción. Eso sí, sin dejar a un lado la profesionalidad que la caracteriza, ya que en seguida logró recomponerse para empezar a cantar la canción. Un tema, que, además, ya se ha colado en las listas de éxitos globales.