En San Andrés Larráinzar, Chiapas, cientos de indígenas tzotziles llevaron a cabo la representación del Viernes Santo.
La procesión comenzó con autoridades religiosas tradicionales, fiscales de la iglesia, mayordomos, catequistas, sacerdotes, soldados, 12 apóstoles y la autoridad municipal.
A pesar de la pobreza que enfrenta la parroquia, el párroco Joel Padrón señaló que esta celebración representa la esperanza de superar el dolor y la injusticia del pueblo.
Los feligreses cargaron una cruz para marcar el inicio del Viernes Santo y adornaron el atrio de la iglesia con follaje natural.
La adoración de los símbolos católicos y rituales ancestrales es una muestra del sincretismo entre los pueblos originarios.
Las imágenes de la Virgen de la Soledad, San Juan y el Cristo Crucificado fueron veneradas con largas horas de rezos y coronas de palma con manzanilla.
Los apóstoles y guardianes ofrecieron agua bendita aromatizada con flor de manzanilla y pétalos de rosas blancas a los fieles.
Por la tarde, el Cristo fue bajado de la cruz para la procesión fúnebre. Ignacio Lopez Gómez, presidente constitucional de San Andrés Larrainzar, dijo que la festividad fue organizada por ancianos, jóvenes y mujeres con devoción y peticiones por salud, protección y tranquilidad del pueblo y el municipio.