Cientos de indígenas mayas tzotziles, tzeltales, choles y tojolabales marcharon este miércoles contra el creciente conflicto armado que viven en Chiapas, estado del sureste de México, aunque el Gobierno federal insiste en que hay paz en la región.
Los pueblos originarios protestaron en San Cristóbal de Las Casas, en Frontera Comalapa, Ocosingo, Simojovel, Chilón, Salto de Agua y Teopisca para exigir el cese a la violencia que ejercen grupos paramilitares y la delincuencia organizada que se pelea el territorio.
Los contingentes estuvieron conformados por organizaciones sociales, defensores de los derechos humanos, familias de presos políticos, personas desplazadas por el crimen organizado, y parientes de desaparecidos y víctimas de feminicidio.
Durante el recorrido ondearon banderas blancas con gritos de “Alto a la violencia”, “presentación con vida de los desaparecidos”, “alto a la criminalización a los pueblos originarios” y “justicia”.
La protesta ocurrió ante el incremento de la violencia en las comunidades de Chiapas, donde los grupos armados se han apoderado de los pueblos originarios.
Apenas la semana pasada, criminales secuestraron a 16 elementos de la Policía Estatal Preventiva de Chiapas.
Además, los ataques a las comunidades que se identifican con el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) no cesan y el municipio de Pantelhó está en conflicto con dos grupos que se autodenominan autodefensas, lo que ha resultado en 12 personas asesinadas.
Pobladores de la zona fronteriza han denunciado el desplazamiento forzado de miles de familias de comunidades, ranchos ganaderos y cafetaleros.