Igbert Marín Chaparro, un teniente considerado preso político, levantó el pasado viernes, tras 67 días, la huelga de hambre que mantenía. Su familia declaró que esta acción la llevó a cabo para exigir respeto a sus derechos. Tuvo resultado, ya que hubo una “mejora de sus condiciones de reclusión”.
El padre del detenido detalló que la huelga de hambre cesó el “viernes por la noche”, luego de que se “lograrán mejorar las condiciones en cuanto a las solicitudes o peticiones que se habían hecho y se consideraron”. Estos incluían el respeto a sus derechos y poder recibir llamadas y visitas de sus parientes.
Asimismo, el papá destacó y vio la mejora de las condiciones carcelarias de Marín Chaparro. “La situación ha mejorado notablemente, eso hay que reconocerlo”, subrayó. Los factores que fueron claves para que sus demandas fuesen escuchadas han sido las conversaciones con organismos nacionales, la mediación de la Iglesia católica y la presentación que su hermana ante el alto comisionado de la ONU para los derechos humanos (Acnudh), Volker Türk, al estar de visita en Caracas estos días.
“Consideramos que mucho se logró con esa visita y esa conversación que hubo entre la familia y el alto comisionado”, aseveró. También, se consiguió que haya presencia de representantes del Ministerio Público (Fiscalía), de la Defensoría del Pueblo” y “el compromiso de la las autoridades de mejorar las condiciones generales en el centro de reclusión” en el que se encuentra el militar.
Marín Chaparro fue detenido en marzo de 2018 al ser acusado de liderazgo de supuesto complot contra el Gobierno de Nicolás Maduro.