La Iglesia católica de Honduras pidió en el Viacrucis del Viernes Santo que no seamos indiferentes ante la situación de los marginados y oprimidos en el país.
El arzobispo de Tegucigalpa, José Vicente Nácher, instó a Jesús a ayudarnos a tomar posturas valientes para defender a los débiles y rechazar la indiferencia ante aquellos que sufren la cruz de la enfermedad, la soledad, el hambre y la injusticia.
La Iglesia católica lamentó que muchas personas ya no sean productivas económicamente y queden abandonadas, y señaló que todos están invitados a la conversión del corazón y a vivir en cercanía y acogida a los descartados.
El Viacrucis fue acompañado en su mayoría por mujeres, y la Iglesia católica hondureña enfatizó que nadie debe ser excluido y que debemos tener un espíritu de misericordia hacia los que sufren desprecios, rechazos y abandonos.
Mientras tanto, miles de personas acudieron a los principales destinos turísticos en el país durante el asueto otorgado por el Gobierno y la empresa privada.