Estabilidad financiera y desempleo retarán a próximo presidente de Costa Rica

EFE

Históricamente Costa Rica ha sido una de las naciones más prósperas de Latinoamérica con indicadores de primer mundo en salud y educación, pero en los últimos años ha venido sufriendo un deterioro en sus finanzas públicas y en los índices de pobreza y desempleo.

Costa Rica elegirá presidente este domingo 3 de abril con la mirada puesta en asuntos urgentes como la estabilidad de las finanzas públicas, la generación de fuentes de trabajo, la reducción de la pobreza y el destino de un acuerdo financiero con el Fondo Monetario Internacional (FMI), los cuales impactarán en el futuro cercano de esta nación acostumbrada a índices positivos de desarrollo.

El actual mandatario, Carlos Alvarado, consiguió la aprobación de una reforma fiscal en 2018 que era rechazada por sindicatos y organizaciones de la sociedad civil, y por la cual hubo una huelga que se extendió por casi tres meses, principalmente en el sector educativo.

Alvarado consideró que esa reforma era urgente para frenar el déficit fiscal y el crecimiento de la deuda, pero los resultados de su implementación no han sido visibles pues en 2020 llegó la pandemia del Covid-19 y el consecuente golpe a la economía del país.

EL ACUERDO CON EL FMI

En busca de una mayor estabilidad y de mejorar la credibilidad internacional, a inicios de 2021 Costa Rica suscribió un acuerdo financiero con el FMI por 1.778 millones de dólares con desembolsos periódicos durante tres años, y en el cual el Gobierno se comprometió a una serie de metas de reducción de deuda y de gasto, y aumento de ingresos.

El acuerdo ha estado lleno de polémica, incluso entre los dos candidatos a la Presidencia que disputarán la segunda ronda: el economista, exministro de Hacienda y exfuncionario del Banco Mundial Rodrigo Chaves y el expresidente de Costa Rica entre 1994 y 1998, José María Figueres.

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