Especial: ¿Quién es el presidente del Bicentenario peruano, Pedro Castillo, y cuáles son sus propuestas?

Pedro Castillo, un profesor de una humilde escuela rural de los Andes, nacido en una de las regiones más pobres de Perú, será el primer presidente de la historia del país que alcanza el poder sin pertenecer a sus élites, nerviosas e inquietas al ver a alguien “extraño” a ellas en la cúspide del Estado.

A estos grupos de poder se les hace extremadamente difícil asumir la llegada al sillón presidencial de Castillo, cuya proclamación oficial se ha dado un mes y medio después de las elecciones, tras los frustrados intentos de la derechista Keiko Fujimori por cambiar los resultados.
Todo sucede casualmente cuando se conmemoran los 200 años de la independencia de Perú, donde la victoria electoral del inesperado nuevo presidente ha sacudido los pilares de una sociedad profundamente conservadora y ha puesto los pelos de punta a la clase alta limeña, acostumbrada a gobernar el país.

Es en estos círculos donde Castillo ha hecho saltar las costuras del clasismo y el racismo, más incluso que cuando fueron electos los expresidentes Alejandro Toledo (2001-2006), que tenía estudios universitarios en Estados Unidos, y Ollanta Humala (2011-2016), capitán del Ejército y agregado militar en Corea del Sur y Francia.

A diferencia de ellos, “el profesor”, como le llama su círculo cercano, ha sido un simple y llano maestro de una de las tantas escuelas rurales donde los niños caminan varias horas para llegar a clase y la anemia y la desnutrición están muy presentes, lo que dificulta en gran medida el aprendizaje.

El plan de Pedro Castillo

Antes del ballotage, Castillo intentó desmarcarse de algunos lineamientos de su propio partido, cuyo plan de gobierno muestra una estrecha cercanía a la doctrina del “socialismo del siglo XXI”.

El plan de Perú Libre fue suscrito por el fundador del partido, Vladimir Cerrón, un controvertido exgobernador de una región andina que fue suspendido de su cargo por una condena penal, acusado de aprovechamiento de su cargo. Es representante de la línea dura y la bancada de más de 30 congresistas electos son más afines a sus posturas.

“El que va a gobernar soy yo”, aclaró Castillo, tras rechazar el “ideario” presentado y firmado por Cerrón ante el Jurado Nacional de Elecciones, así como las opiniones radicales de izquierda de otros integrantes de su partido político.

El programa fue escrito antes de que se desate la pandemia de coronavirus, por lo que no incluye ninguna mención a la enfermedad ni medidas para combatirlo. Sí, en cambio, tienen las bases de una postura que se define como marxista y leninista, en sintonía con otros regímenes de la izquierda en la región.

Redacción de una nueva Constitución

Castillo, que ha ganado el apoyo de las regiones pobres, ha pregonado durante su campaña que si gana la presidencia llamará a un referéndum en busca de reescribir la Constitución Política para darle al Estado un rol más dominante en la economía. Un camino que siguieron Venezuela (1999), Ecuador (2008) y Bolivia (2009). También lo está siguiendo actualmente Chile, a través de una Asamblea Constituyente.

Avance sobre los medios de comunicación

Si en Venezuela abundan las denuncias de persecución contra la libertad de expresión, un plan como el expuesto por Perú Libre acarrearía escenarios similares. “Los medios de comunicación son poderosos instrumentos de dominio, de hegemonía cultural, así la derecha tiene la capacidad de hacerles creer a los pobres que lo que a ellos les beneficia también los beneficia”, argumenta Cerrón en su plan de gobierno.

Nacionalización de yacimientos

El plan de Gobierno de su partido Perú Libre afirma que se nacionalizará los “sectores estratégicos” de la producción, como la minería, clave para la economía local.

El documento de Cerrón propone una revisión de “todos los nefastos contratos-ley que han sido en realidad la libertad para el saqueo del pueblo peruano”, con el objetivo de que el Estado pase a quedarse con el 80% de las ganancias.

Exit mobile version