Las campanas de la iglesia Nuestra Señora del Carmen en Timba, en el norte del departamento colombiano del Cauca (suroeste), sonaron esta tarde, en un horario inusual, con el objetivo de convocar a la ciudadanía a marchar por la paz.
Los recientes carros bombas detonados por el Estado Mayor Central (EMC), principal disidencia de las FARC, mantienen a esta región en zozobra y luto. El último estalló el pasado miércoles, precisamente en Timba, dejando a una profesora y un obrero muertos.
Estela Mosquera, una de las pobladoras de esta zona rural, sueña con “el silencio de los fusiles” para que sus nietos puedan crecer en un territorio lejos de la muerte.
“Aquí hay mucho miedo, la gente no dice nada, pero el temor es constante. Queremos que los niños puedan salir a jugar a las calles, que estén tranquilos, porque no nos podemos acostumbrar a la guerra”, precisó a EFE Estela.
En la eucaristía, presidida por el arzobispo de Popayán, monseñor Omar Alberto Sánchez, se elevaron plegarias enfocadas en el perdón y la reconciliación junto a cerca de 500 personas.