El legado de la “madre coraje” que Sendero Luminoso nunca logró matar en Perú

EFE

El día anterior a su asesinato, María Elena Moyano, conocida popularmente como la “madre coraje”, había liderado una marcha por la paz que hacía frente a una paralización convocada por el grupo terrorista.

Hace treinta años, un 15 de febrero de 1992, un comando de Sendero Luminoso asesinó a balazos y dinamitó el cuerpo de la dirigente social María Elena Moyano, la “madre coraje” de Perú, cuyo legado permanece intacto en un país al que aún le escuecen las heridas que sembró el terrorismo.

Era sábado y María Elena, de 33 años, había asistido a una fiesta vecinal en su humilde distrito de Villa El Salvador, en el sur de Lima, pese a que los terroristas ya hacía tiempo que enfilaban constantes calumnias y amenazas en su contra.

Pocos minutos después de las 6.30 de la tarde, militantes de Sendero Luminoso llegaron hasta el lugar y le dispararon enfrente de sus dos hijos pequeños, en el pecho y la cabeza. Luego arrastraron su cuerpo y colocaron kilos de dinamita para hacerlo explotar en el exterior del local donde se celebraba el evento.

“Perderla de esa manera fue muy cruel y nos preguntamos todo el tiempo por qué hemos soportado eso, por qué no lo paramos, y a veces te juro que no encuentro respuestas”, declaró a EFE su hermana Martha Moyano, actual congresista por el partido fujimorista Fuerza Popular.

A pesar del paso del tiempo, Martha admitió que la tragedia “todavía duele”, aunque enfatizó que “la balearán, la dinamitarán, pero no podrán matarla”.

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