Colombia: La paradoja de talar el Amazonas para construir una granja solar que no funciona

Líderes indígenas del caserío 20 de Julio posan junto a unos páneles solares sin funcionamiento, el 17 de abril de 2023, en Puerto Nariño, Amazonas (Colombia). EFE/Mario Baos

Cerca de 4.000 metros cuadrados de selva fueron arrasados en 2015 en mitad del Amazonas, en el municipio colombiano de Puerto Nariño, para construir una granja solar que beneficiaría con energía eléctrica a tres comunidades indígenas. Sin embargo, a día de hoy, ese proyecto no les ha permitido encender ni un bombillo.

En ocho años ese proyecto ha tenido 7 suspensiones, 17 ampliaciones y 8 prórrogas avaladas por la interventoría y que, según la Contraloría General de la República, están en alto riesgo de quedar como ‘elefantes blancos’. Mientras tanto, el parche deforestado en la ribera del río Amazonas sigue intacto.

Esto ha generado que el ambiente de las comunidades indígenas de Macedonia, San Martín de Amacayacu y 20 de Julio, que viven en esta zona selvática del departamento colombiano de Amazonas, haya tomado tintes de decepción, pues aseguran haber confiado su selva a un proyecto que, hasta el momento, solo ha destruido lo más sagrado que tienen: la naturaleza.

“Esto es muy triste. La empresa dejó todo abandonado, los paneles se están pudriendo y muchos implementos se los han ido robando. Hemos hecho mingas (protestas) comunitarias para tratar que esto no se pudra más, pero ha sido imposible. El abandono es total”, precisa Clever Talanta, curaca de la comunidad indígena 20 de Julio.

El líder indígena también afirma que los contratistas salieron del lugar y no cancelaron algunas obligaciones que tenían con la comunidad que hoy espera respuestas.

“Les deben a varios trabajadores que pusimos en la zona, hombres y mujeres, que ahora necesitan su dinero para salir adelante. Aquí no dejaron nada, solo un bosque talado y cero energía”, puntualiza.

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