El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, lideró las celebraciones del Día del Ejército en un acto simbólico que defendió la democracia después de la intentona golpista de la ultraderecha en enero.
Durante la ceremonia, el comandante del Ejército subrayó el papel “institucional” de la fuerza, que debe respeto a la población, las instituciones y la Constitución.
Este mensaje pareció dirigido a los últimos cuatro años, cuando el expresidente Jair Bolsonaro intentó repetidamente sumar a las Fuerzas Armadas a sus ataques contra las instituciones democráticas.
El comandante fue enfático en que el Ejército es una institución de Estado, apolítica e imparcial, cuya misión es la defensa de la patria, la independencia, la república y la democracia.
En noviembre pasado, se instaló un campamento de activistas de la ultraderecha frente al Cuartel General del Ejército en Brasilia.
El 8 de enero, miles de bolsonaristas partieron de ese campamento hacia el corazón de Brasilia, donde asaltaron las sedes de los tres poderes con la intención de forzar un golpe contra Lula, quien había asumido el cargo el primer día del año.
La asonada fracasó y fueron detenidas más de 2.000 personas, incluyendo una treintena de militares.