La policía de Brasil ha estado interrogando este martes a cerca de 1,000 personas que participaron en los ataques a sedes institucionales. Los manifestantes fueron retenidos en un gimnasio de la capital, Brasilia, desde que fueron arrestados durante y después de los disturbios realizados el fin de semana.
Buena parte de ellos han sido detenidos este lunes cuando los soldados desmantelaron un campamento donde se congregaron los partidarios del expresidente Jair Bolsonaro. Luego de juntarse, el domingo partieron de este lugar para asaltar el Congreso, la Corte Suprema y el palacio presidencial.
Según ha trascendido los detenidos pasaron la noche en el suelo del gimnasio, algunos envueltos con banderas brasileñas y cantando o tomando selfies con sus teléfonos. Asimismo, otros 200 manifestantes estaban bajo arresto y aguardaban la lectura de cargos en su contra en un centro penitenciario. Por su parte, el juez del Supremo Tribunal Federal (STJ), Alexandre de Moraes, a cargo de las investigaciones, prometió en un discurso realizo este martes que combatirá contra los “terroristas”.