Trabajadores del Banco Fassil, uno de los más grandes de Bolivia que fue intervenido hace un mes, se movilizaron este viernes para reclamar el pago de sus beneficios sociales, mientras que las autoridades prometieron que en unos días se iniciará la cancelación de los salarios pendientes.
“Nuestras familias están angustiadas, no tenemos sueldos. ¿Con qué vamos a pagar la alimentación de nuestros hijos?”, declaró la dirigente de los trabajadores de Fassil en La Paz, Viznney Conde, quien también aseguró que son “más de 4.500” funcionarios de esa entidad bancaria.
Las protestas de los funcionarios del Banco Fassil se desarrollaron esta jornada en la región de Santa Cruz (este), en donde operaba la mayor parte de sus agencias, y también en La Paz.
En esta última ciudad, al menos medio millar de antiguos empleados recorrió las calles e hizo plantones en las puertas de las oficinas de la Autoridad del Sistema Financiero (ASFI), el Ministerio de Economía y el de Trabajo.
Erlan Rivas, quien fue jefe de agencia en La Paz, contó que los trabajadores están en un “punto muerto”, ya que, al no tener una “carta de desvinculación”, tampoco pueden buscar un nuevo empleo.
“Nadie se ha puesto a pensar en nosotros”, “tenemos mujeres embarazadas (…) préstamos que debemos pagar (…) y de aquí a un corto tiempo nos van a quitar la filiación” del seguro de salud, enfatizó.
A fines del mes pasado, el Gobierno nombró un interventor en el Banco Fassil para que otras entidades financieras se hagan cargo de los depósitos de los clientes y se realice la “migración” de cuentas y otros servicios.