Winston Powell, recluso del condado de Haralson, compareció en el tribunal después de más de 400 días de espera en una celda de aislamiento por cargos no violentos.
Las cárceles de Georgia están abarrotadas de delincuentes con enfermedades mentales debido a la falta de evaluación y tratamiento adecuado.
El juez dictaminó que el acusado, Powell, no era mentalmente competente y ordenó su traslado a un hospital psiquiátrico estatal.
Sin embargo, las demoras y la escasez de personal prolongaron su estancia en la cárcel durante 476 días.
Debido a su pobre condición mental, Powell se involucraba en peleas, desperdiciaba su comida y se negaba a bañarse.
A pesar de la orden del juez, Powell continuará viviendo en una celda estéril mientras espera su traslado al hospital.
Después de la audiencia, fue devuelto a la cárcel, posiblemente sin ver la luz del sol durante muchos meses más.