Abrams habló en la cena de estado del Partido Demócrata de Georgia, y replanteó posiciones sobre el derecho al aborto, las restricciones a la participación deportiva transgénero y la atención médica que se convertirán en componentes centrales de la campaña.
En las últimas semanas, pocos temas han sido tan destacados como la posibilidad de que se revoque Roe v. Wade y la restrictiva ley de aborto “latido” de seis semanas de Georgia entre en vigor.
“Como gobernadora, mi intención es proteger a las mujeres de Georgia, proteger su derecho a elegir, y eso significa proteger su capacidad de planificar para sus familias”, dijo Abrams. “Sabemos que el gobernador de Georgia en 2019 aprobó una de las leyes más estrictas de la nación, que esencialmente prohíbe el aborto a las seis semanas: es una ley de embarazo forzado, y trabajaré como gobernador para revertir cualquiera de esas leyes. “
“Pero también prometo que vetaré cualquiera de las nuevas leyes de las que escuchamos hablar a los republicanos: leyes que criminalizarían el aborto, leyes que encarcelarían a las mujeres y a sus médicos allí con ellas”, agregó. “Georgia debería ser un lugar seguro para las mujeres, debería ser un lugar donde el derecho a la salud reproductiva sea sacrosanto y tengo la intención de ser un gobernador para que así sea”.
Faltan solo nueve días para las primarias, momento en el cual Georgia finalmente verá comenzar una carrera cabeza a cabeza para gobernador. A diferencia del lado republicano, Stacey Abrams aún no tiene rival. Ella se postula sin oposición para los demócratas y ha sido durante mucho tiempo la candidata de facto del partido.
Abrams fijó su mirada en particular en el gobernador Kemp, quien ha mantenido una fuerte ventaja en los últimos dos meses en las encuestas primarias republicanas contra Perdue. Parece ser una clara posibilidad de que los dos se dirijan a una revancha de la carrera por gobernador de 2018, que se decidió por menos del 2%.