Georgia fue el sitio de la primera fiebre del oro de Estados Unidos en 1828 cuando los mineros acudieron en masa a las montañas cerca de Dahlonega en busca de hacerse rico. Casi 200 años después, una nueva ola de mineros está llegando al estado.
En lugar de oro, están extrayendo un tipo de dinero que no se puede esconder debajo de un colchón o doblar en una billetera. Están a la caza de bitcoins, una criptomoneda que tiene un valor global de más de 1 billón de dólares .
Desde 2020, las empresas mineras de bitcoin han abierto o ampliado ocho instalaciones en todo el estado, atraídas por algunos de los mismos beneficios que traen otras industrias a Georgia: terrenos económicos, impuestos bajos y tarifas eléctricas económicas para las empresas.
Se necesita mucha capacidad para mantener las computadoras funcionando a la máxima velocidad y enfriadas las 24 horas del día, los 7 días de la semana, especialmente cuando se trata de mineros de criptomonedas, que a nivel mundial usan tanta energía como el país de Noruega, según un estudio de la Universidad de Cambridge.
Georgia se ha convertido en un estado líder en esta industria etérea, según los observadores de la industria, aunque las cifras concretas siguen siendo escasas. Texas , Dakota del Norte y otros estados también compiten por nuevos mineros de bitcoin.
El concepto detrás de bitcoins y otras criptomonedas es desconcertante para muchos usuarios acostumbrados a pagar con tarjetas de crédito y dólares estadounidenses.
Las criptomonedas existen solo en forma de tokens digitales que pueden comprarse, venderse o intercambiarse en línea, convertirse en moneda fuerte o usarse para comprar bienes o servicios de comerciantes que los acepten como pago.