Más de 1700 niños del sistema de adopción de Georgia desaparecidos en cinco años

Atlanta News First

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El senador Jon Ossoff visitó Atlanta el lunes para conmemorar la tercera audiencia del subcomité de Derechos Humanos del Senado de Estados Unidos. Durante esta audiencia, se presentó el testimonio de Tiffani McLean-Camp, una joven de 19 años que ha sido una de los más de 10,000 niños en el sistema de cuidado de crianza de Georgia.

McLean-Camp testificó bajo juramento acerca de los abusos que afirma haber sufrido mientras estuvo bajo la custodia del Departamento de Servicios para la Familia y Niños (DFCS, por sus siglas en inglés). Ella compartió que, a pesar de haber informado sobre el abuso y la negligencia que experimentaba, DFCS no la tomó en serio y la etiquetó como una persona problemática, rebelde y con problemas de conducta. Durante su tiempo bajo el cuidado de DFCS, relató haber sufrido abusos, negligencia médica, falta de atención educativa, agresión sexual e incluso tráfico de personas.

McLean-Camp describió su experiencia como una pesadilla en la que se sentía atrapada sin posibilidad de escapar. Recordó situaciones como estar en aislamiento, la administración de medicamentos en exceso, y ser sometida a procedimientos invasivos sin su consentimiento. Se sintió deshumanizada y maltratada.

La Dra. Samantha Sahl, del Centro Nacional para Niños Desaparecidos y Explotados, brindó testimonio acerca de un nuevo informe que detalla la cantidad de niños reportados como desaparecidos. Entre 2018 y 2022, el NCMEC recibió más de 2,400 informes de niños desaparecidos del sistema de cuidado de crianza en Georgia, de los cuales 1,790 eran menores de edad. De estos, 410 niños fueron identificados como posibles víctimas de trata sexual infantil.

La Dra. Sahl destacó que las tendencias demuestran que los niños huyen con frecuencia o durante largos períodos de tiempo cuando se sienten inseguros en su entorno. Cada vez que un niño desaparece, se vuelve vulnerable a una serie de peligros, incluida la explotación sexual infantil. La situación es tan grave que algunos niños se sienten más seguros en las calles o bajo la influencia de traficantes que en sus hogares de acogida.

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