Estas elecciones le están dejando muchas lecciones al expresidente Donald Trump, que no ha tenido la acogida esperada con sus candidatos.
La cruzada de venganza del expresidente Donald Trump sufrió dos golpes devastadores después de que el gobernador de Georgia, Brian Kemp, y el secretario de Estado, Brad Raffensperger, ganaran sus primarias el martes a pesar de rechazar las súplicas de Trump para revertir su derrota electoral de 2020. Es una gran señal de advertencia para la forma en que los votantes republicanos ven la cruzada del expresidente para castigar a aquellos que no estaban dispuestos a anular la voluntad de los votantes en 2020.
Los votantes también demostraron una apertura a abrazar a candidatos plagados de escándalos, dependiendo del candidato y del escándalo. Aquí hay algunas conclusiones de las elecciones primarias del martes en Georgia, Alabama, Arkansas, Texas y Minnesota:
La mayor derrota y más dolorosa de Trump en las Elecciones Primarias
Trump esperaba convertir al gobernador de Georgia, Brian Kemp, en un ejemplo del peligro de desafiarlo. En cambio, Kemp se convirtió el martes en un ejemplo de cómo los titulares republicanos podrían no tener tanto que temer de Trump como le gustaría al expresidente. Kemp superó al ex senador estadounidense David Perdue en las primarias republicanas. La victoria se produjo un año y medio después de que Kemp rechazara las demandas de Trump de ayudar a anular las elecciones presidenciales al declarar a Trump ganador en Georgia en lugar de Joe Biden, quien en realidad ganó.
La campaña de Perdue se obsesionó con la mentira de Trump de que le robaron las elecciones presidenciales de 2020, pero Kemp ganó flexionando el poder de su oficina. Para reunir a la base, firmó leyes que permiten a la mayoría de los georgianos portar armas sin un permiso y prohíben la mayoría de los abortos después de que se detecta un latido cardíaco fetal. También, anunció una inversión de Hyundai en una nueva planta en el estado para fabricar baterías para vehículos eléctricos.
Ahora, Kemp se enfrentará a la demócrata Stacey Abrams en una revancha de su choque por la gobernación de 2018. A diferencia de Trump en 2020, Perdue aceptó su derrota el martes por la noche, incluso pareciendo ignorar a algunos partidarios que tomaron un cántico que sugería que había fraude. “Lo siento, pero lo que vamos a hacer en este momento es asegurarnos de que Stacey Abrams no sea gobernadora de este estado”, dijo Perdue.
Peligro de negación electoral
La carrera del gobernador de Georgia no fue el único partido de rencor de Trump que le salió el tiro por la culata al expresidente. El secretario de Estado Brad Raffensperger, quien personalmente rechazó el llamado de Trump a “encontrar” suficientes votos para declararlo ganador en Georgia, también derrotó a su rival primario respaldado por Trump.
Trump reclutó a la representante Jody Hice de un escaño seguro en el Congreso para enfrentar a Raffensperger en las primarias republicanas, pero Hice perdió. Trump respaldó a los principales rivales del comisionado de seguros y el fiscal general, y ellos también perdieron. Está claro que el ataque del expresidente sobre 2020 simplemente no habló a los votantes republicanos en Georgia, el estado de batalla más nuevo del país.
Disminución del poder del escándalo
Trump obtuvo algunas victorias el martes. Venían con equipaje, pero eso no parecía detenerlos. El exgran futbolista Herschel Walker, elegido por Trump para el Senado de Estados Unidos en Georgia, dominó a sus rivales republicanos. Los líderes del partido primero se habían alejado de él debido a su accidentada historia.
Walker, en su autobiografía, admite haber luchado contra una enfermedad mental. Su exesposa dijo que durante su matrimonio él sostuvo un arma en su cabeza y amenazó con matarla. Afirmó haber fundado una empresa de procesamiento de pollos que empleaba a cientos de personas, pero informó que solo ocho trabajadores solicitaron un préstamo durante la pandemia de coronavirus. Mintió sobre la fundación de una organización benéfica para ayudar a los veteranos a obtener ayuda con la salud mental.
Sin embargo, finalmente, incluso el líder republicano del Senado, Mitch McConnell, terminó abrazando a Walker como la mejor oportunidad del partido para derrocar al senador demócrata Raphael Warnock. La apuesta es que a los votantes no les importarán tanto los escándalos en la América posterior a Trump.