El mandatario de Ucrania, Volodímir Zelenski, informó al presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, sobre un bombardeo provocativo perpetrado por separatistas prorrusos en la frontera, precisamente en el distrito de Lugansk, el cual destruyó un jardín de niños. Si bien no hubo fallecidos, dos personas resultaron heridas.
En ese mismo sentido, la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) ha informado sobre una escalada de alto al fuego a lo largo de las líneas que dividen las fuerzas ucranianas y separatistas en el este del país. En su último boletín señalaron unas 500 explosiones en la zona.
Por otro lado, Rusia expulsó a Bart Gorman, la segunda persona con mayor rango de la embajada de Estados Unidos en Moscú. Esta medida “no provocada” fue tomada por el gobierno estadounidense como una “escalada”. Una fuente que pidió estar en el anonimato dijo que “es fundamental que los países tengan el personal necesario para facilitar la comunicación”.
EE.UU. ANTE LA ONU
El jefe de la diplomacia estadounidense, Antony Blinken, detalló que las acciones realizadas son parte de un plan ruso para obtener un “pretexto” y proceder con la invasión “en los próximos días”. Esta posición ha sido tomada también por miembros de la OTAN.
“Durante los últimos meses, sin provocación ni justificación, Rusia ha acumulado más de 150.000 soldados alrededor de las fronteras de Ucrania. En Rusia, Bielorrusia, Crimea ocupada. Rusia dice que está reduciendo esas fuerzas (pero) nosotros no vemos que eso esté ocurriendo sobre el terreno”, dijo Blinken.
En esa misma línea, indicó que el pretexto podría ser un falso ataque terrorista, un supuesto descubrimiento de fosas comunes o incluso un ataque real o ficticio con armas químicas.
Sin embargo, el viceministro ruso de Exteriores, Sérguei Vershinin, acusó a Estados Unidos de aumentar la tensión entre ambos países.
“Esto es muy desafortunado, diría que incluso peligroso”, declaró.