Joe Biden declara nuevas medidas en economía, migración y guerras en el Estado de la Unión. Presidente intenta convencer de que merece un segundo mandato.
El presidente Joe Biden convirtió su discurso del Estado de la Unión en un animado argumento para tratar de conseguir la reelección, y en el que arremetió contra su posible rival republicano Donald Trump por promover “el resentimiento, la revancha y las represalias” y poner en riesgo las libertades, dentro del país y en el extranjero.
Su discurso desde la tribuna de la Cámara de Representantes, pronunciado sólo ocho meses antes de las elecciones generales, intenta calmar las preocupaciones de los votantes sobre su edad y su desempeño laboral, y marcar un contraste con su casi seguro rival de noviembre. Elevando la voz, lanzó una diatriba contra su predecesor por no defender a los aliados estadounidenses en el extranjero y por acoger conceptos antidemocráticos en Estados Unidos.
“La libertad y la democracia están siendo atacadas, tanto en casa como en el extranjero, en este preciso momento”, dijo Biden, mientras llamaba al Congreso a otorgar su apoyo a Ucrania para defenderse de la invasión de Rusia. “La historia nos observa”.
Biden rápidamente se enfocó en las amenazas al interior del país, haciendo mención del ataque del 6 de enero de 2021 contra el Capitolio federal por parte de simpatizantes de Trump que buscaban revertir los resultados de las elecciones de 2020, y haciendo un llamado a combatir las amenazas a la democracia.
“Mi predecesor, y algunos de los aquí presentes, intentan enterrar la verdad sobre el 6 de enero. Yo no haré eso”, dijo Biden. “Este es un momento para hablar con la verdad y enterrar las mentiras. Aquí les tengo una verdad simple. No puedes amar a tu país sólo cuando ganas”.
“Mi vida me ha enseñado a creer en la libertad y la democracia”, comentó Biden. “Un futuro basado en los valores fundamentales que han definido a Estados Unidos: honestidad, decencia, dignidad, igualdad. Respetar a todo el mundo. Darle a todos una oportunidad justa. No dar refugio al odio. Ahora bien, otras personas de mi edad ven una historia diferente: una historia estadounidense de resentimiento, venganza y represalias. Yo no soy así”.
El presidente pregonó sus logros en infraestructura y manufactura, y presionó al Congreso para que apruebe más ayuda para Ucrania, normas migratorias más estrictas y precios más bajos para los medicamentos. También trató de recordar a los votantes la situación que heredó cuando asumió el cargo en 2021, en medio de una pandemia y con una economía en contracción.
El presidente, de 81 años, estaba siendo observado de cerca no sólo por su mensaje, sino por si sería capaz de transmitirlo con vigor y firmeza.
Colaboradores de la Casa Blanca señalaron que Biden intentaba demostrarle a quienes dudan de él que están equivocados, mostrar un lado combativo y tratar de exponer a los republicanos por posturas que cree que no encajan con el país, en especial en lo referente al acceso al aborto, pero también en políticas fiscales y servicios de salud. Es parte de las labores que ha emprendido durante todo el año electoral de usar sus discursos oficiales para convencer a los votantes sobre su elección en las urnas en noviembre próximo.
Al resaltar sus logros legislativos, como el que reforzó la producción de chips de computadora en todo el país, Biden dejó de lado su discurso preparado para criticar a los republicanos que votaron en contra de estas medidas pero que no pueden esperar a anotarse el crédito por ellas en sus distritos.
“Si alguno de ustedes no quiere ese dinero en sus distritos, sólo hágamelo saber”, puntualizó el presidente.
Uno de los momentos más tensos de su discurso fue al hablar sobre inmigración, cuando Biden mencionaba el apoyo de grupos conservadores a una iniciativa bipartidista en materia fronteriza que los republicanos rechazaron el mes pasado.
Biden pide a Trump que permita a sus legisladores votar por la ley que destina millonarios recursos a la frontera. “No voy a demonizar a los inmigrantes. (…) Podemos pelear por la frontera o podemos arreglarla”, aseguró el presidente.
Algunos de los asistentes parecieron gritarle, a lo que el mandatario les respondió: “Sé que saben leer”.
Así ha acabado el discurso de Biden: “Veo un futuro en el que defendemos la democracia, no la mermamos. Veo un futuro en el que restauramos el derecho a elegir y protegemos otras libertades, no las quitamos. Veo un futuro en el que la clase media por fin tiene una oportunidad justa y los ricos por fin tienen que pagar los impuestos que les corresponden. Veo un futuro en el que salvemos al planeta de la crisis climática y a nuestro país de la violencia armada. Sobre todo, ¡veo un futuro para todos los estadounidenses! ¡Veo un país para todos los estadounidenses! ¡Y siempre seré un presidente para todos los estadounidenses! Porque creo en América. Creo en vosotros, el pueblo estadounidense. ¡Ustedes son la razón por la que nunca he sido más optimista sobre nuestro futuro! ¡Así que construyamos ese futuro juntos! ¡Recordemos quiénes somos! Somos los Estados Unidos de América. ¡No hay nada más allá de nuestra capacidad cuando actuamos juntos! Que Dios os bendiga a todos. Que Dios proteja a nuestras tropas”.
El Estado de la Unión ha durado aproximadamente una hora y cuarto. Fue muy aplaudido por los demócratas y nada por los republicanos, con los que ha tenido algunos roces.
LAKEN RILEY
Mientras la representante Marjorie Taylor Greene, ataviada con prendas promocionales de Trump, seguía gritándole a Biden, el presidente sostuvo en alto un botón blanco que un republicano de Georgia le había entregado momentos antes y que llevaba el nombre de Laken Riley, quien, de acuerdo con las autoridades, fue asesinada por un migrante venezolano que ingresó sin autorización al país en septiembre de 2022.
Biden parecía ansioso de enfrentarse a sus críticos. “Di su nombre”, le gritó Greene al presidente.
“Laken Riley”, replicó Biden, “una joven inocente que fue asesinada por un indocumentado”. Expresó sus condolencias a su familia, y dijo que su corazón estaba con ellos.