EN PORTADA: DENUNCIAN ACCIONES INHUMANAS

Crédito: EFE

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Oficial estatal de Texas señala que se ordena a agentes empujar a niños al río Grande y negar agua a migrantes en la frontera.

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Un oficial del Departamento texano de Seguridad Pública denunció, en un correo electrónico enviado a sus mandos, que los agentes estatales y los guardias nacionales que participan en la operación para frenar el paso a los migrantes indocumentados en la frontera desplegada por el gobernador, el republicano Greg Abbott, han recibido órdenes “inhumanas” para cumplir esa labor. Estas serían empujar a niños y bebés al río Grande y no ofrecer agua a los que cruzan exhaustos, según adelantaron diarios locales que tuvieron acceso a esos correos. La Oficina del Inspector General del Departamento de Seguridad Pública de Texas está investigando la denuncia, según indicó, y agregó que “no hay una orden de actuar de esa manera”.

El correo del agente expone una serie de incidentes ocurridos cerca de la ciudad fronteriza de Eagle Pass. Allí, hace unas semanas, el gobernador ordenó instalar en el río Grande un alambre de púas de varias millas y una barrera de boyas para disuadir a los migrantes.

Abbott justificó su operación en la frontera (iniciada hace un año con el envío de la Guardia Nacional y agentes estatales a patrullar) argumentando que las “políticas de fronteras abiertas del presidente [Joe] Biden” han creado “un caos en la frontera que es insostenible”.

Según explica el oficial en su correo, dirigido a un mando superior del Departamento de Seguridad Pública, el estado colocó “trampas” en zonas del río, lo que obliga a los migrantes a buscar tramos más hondos para eludirlas y elevan las posibilidades de que se ahoguen.

El agente cita a una embarazada que sufrió un aborto cuando quedó atrapada en el alambre; a una menor de 4 años que se desmayó tras quedar agotada intentando cruzar el río mientras era obligada a retroceder por guardias nacionales; y a un adolescente que se rompió una pierna al intentar esquivar el alambre.

El agente pidió cambios para mejorar la seguridad de los migrantes, como retirar la barrera de boyas y eliminar la directriz que impide ofrecer agua. “Debido al calor extremo, la orden de no dar agua a la gente también debe ser revocada inmediatamente”, dijo el oficial. “Creo que hemos sobrepasado el límite de lo inhumano”, indicó.

El portavoz del Departamento de Seguridad Pública de Texas, Travis Considine, confirmó que la Oficina del Inspector General está investigando las denuncias, y negó que haya “una directiva o política que ordene a las tropas retener el agua de los inmigrantes o empujarlos al río”.

En otro correo electrónico, el director de la agencia, Steven McCraw reconoció que ha habido un aumento en las lesiones causadas por la alambrada, incluyendo siete incidentes reportados por la Patrulla Fronteriza en los que los migrantes necesitaron “atención médica elevada” del 4 al 13 de julio. Estos incidentes se suman a los detallados por el agente estatal texano.

LA CASA BLANCA SE PRONUNCIA

La Casa Blanca, políticos y grupos civiles repudiaron esta política fronteriza del Gobierno de Texas. “Vimos esos reportes. Claramente, si son verdaderos, es algo aborrecible, es despreciable, es peligroso. Y estamos hablando de los valores fundamentales de quienes somos como país”, dijo en una rueda de prensa la portavoz de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre.

Por su parte, Domingo García, presidente de la Liga de Ciudadanos Latinoamericanos Unidos (LULAC, en inglés), denunció dicho trato inhumano “que pone en peligro la seguridad de mujeres y niños que buscan asilo”.

Asimismo, el congresista demócrata Joaquín Castro manifestó en una entrevista que el secretario de Estado de EE.UU., Antony Blinken, le dijo que el Gobierno está revisando la situación.

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