Estados Unidos ha impuesto sanciones a tres altos cargos de un banco ruso con sede en Hungría, el Banco Internacional de Inversiones (IIB), controlado por Rusia, como una advertencia al primer ministro de Hungría Viktor Orbán por su cercanía a Moscú.
“Nos preocupa que el Gobierno húngaro siga manteniendo estrechos vínculos con Rusia y apoyando la maquinaria bélica rusa a través de diversos canales económicos”, advirtió el embajador estadounidense en Budapest, David Pressman, al anunciar ante los medios las sanciones de la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC)
Aunque las sanciones no afectaron a miembros del Gobierno, la medida representa una fuerte crítica a las políticas prorrusas del Gobierno húngaro.
Según analistas y políticos, el anuncio supone una advertencia diplomática por parte de EE. UU. hacia el Gobierno húngaro.
Pressman también señaló que la presencia en Hungría del IIB, considerado por Washington como un “banco espía”, “significa un peligro para los aliados de la UE y la OTAN”.
Las relaciones entre Hungría y EE. UU. han empeorado tras la invasión rusa de Ucrania, debido a que Budapest ha roto la línea de la UE y la OTAN, a las que pertenece, asegurando que la ayuda militar a Kiev alarga la guerra y criticando las sanciones contra Moscú.