La familia de un niño de 11 años de edad, que recibió un disparo en el pecho por parte de un oficial, pide que el agente sea acusado de asalto agravado y sea despedido de su trabajo.
El menor sufrió heridas de gravedad. Según Carlos Moore, el abogado que lo representa, el niño también sufre daños emocionales a raíz del incidente.
El adolescente llamó al 911 cerca de las 4 a.m. del sábado a pedido de su madre, Nakala Murry, quien se sentía amenazada por el padre de uno de sus hijos, quien había llegado a su casa en la ciudad de Indianola en estado de furia, lo que la hizo temer por su seguridad.
Según Moore dos oficiales respondieron a la llamada. Uno de ellos pateó la puerta de la casa antes de que la madre tuviera tiempo de abrir la puerta.
Aunque la madre informó a los oficiales que el intruso ya no estaba en la casa y que había tres niños adentro, el oficial Greg Capers del Departamento de Policía de Indianola, gritó instrucciones para que todos en la casa salieran con las manos en alto.
Según el relato de la madre, cuando obedeciendo las instrucciones de Capers Aderrien entró en la sala sin nada en las manos, el oficial le disparó en el pecho.
El niño fue llevado al centro médico de la Universidad de Mississippi donde permaneció cinco días hospitalizado recibiendo tratamiento por un colapso pulmonar, hígado lacerado y costillas fracturadas.