Niños migrantes asisten a escuela improvisada en frontera EE. UU. – México

Imagen: Dylan Baddour/VOA.

Con el paso de los meses, una organización ha movilizado a los antiguos maestros entre los refugiados para que impartan clases a los niños.

La Escuela de Acera para Niños Solicitantes de Asilo inició hace casi tres años como un esfuerzo de una pareja de Texas para contribuir a la crisis humanitaria en la frontera. 

Este mes se inscribió oficialmente como una organización estadounidense sin fines de lucro y abrió su escuela más grande hasta la fecha.

Alrededor de 10 maestros imparten clases a unos 500 niños en tres inmensas carpas levantadas en un precario campamento a pocas manzanas del puente que une a Reynosa (México) con Hidalgo (Texas).

En el 2019, Felicia Rangel y Víctor Cavazos, de Brownsville, Texas, empezaron a organizar clases cortas informales en una acera cerca de un campamento en Matamoros, México, a 90 kilómetros de Reynosa.

Desde entonces, el proyecto ha recaudado más de 300.000 dólares en subvenciones. Asimismo, sirve comidas todos los días en el campamento, posee 11 baños portátiles y paga el alquiler de unos 20 apartamentos para solicitantes de asilo vulnerables.

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