La creciente ola de ataques armados ha llamado la atención de distintos líderes religiosos en todo el país. La necesidad de protegerse y de proteger a los miembros de sus comunidad los ha llevado a tomar medidas de seguridad nunca antes vistas. Incluso en muchos casos algunos feligreses asisten a las ceremonias religiosas armados.
El ataque de 15 de mayo a una iglesia presbiterana en California motivo al reverendo Steven Marsh a mejorar la seguridad de su iglesia. Ahora hay unos guardias armados que vigilan las instalaciones, además se están agregando cámaras de seguridad. Marsh lamenta que se tenga que llegar a estos niveles, pero después que su iglesia haya sido victima de un crimen de odio ha visto conveniente los cambios.
Medidas similares ha tomado el rabino Charlie Cytron-Walker quien fue secuestrado en un templo de Texas junto otros tres miembros de su comunidad por un hombre armado. El rabino fue reubicado y en su nuevo templo en Carolina del norte esta priorizando la seguridad sobre otras cosas. Cytron-Walker ha afirmado que esta manejando programas de seguridad ante la presencia de un tirador activo.
Si bien la violencia motivada por el odio no es nueva, la creciente ola de ataques ha sembrado miedo en los feligreses. Alon Stivi, consultor de seguridad para sinagogas, centros comunitarios judíos y escuelas diurnas, afirma que cada vez hay personas que cuestionan si es necesario asistir a los templos. La necesidad de brindar un servicio espiritual de los líderes religiosos los lleva a estar expuestos a ataques de personas extremistas. A pesar de eso, las ganas de seguir apoyando a su comunidad no se han ido.