A partir del 5 de enero, Estados Unidos requerirá una prueba negativa de COVID-19 a los viajeros procedentes de China. La medida fue tomado luego de alegar que Beijing no ha estado compartiendo suficiente información sobre el aumento de casos positivos en el territorio chino.
La norma incluye a todos los pasajeros aéreos mayores de dos años de edad que hayan estado en China. La prueba deberán hacerla dentro de un plazo no más de dos días antes de su salida desde China, Hong Kong y Macao. De esta manera, las pruebas tendrán que ser mostradas a las aerolíneas al momento de abordar. La medida incluye a quienes llegarán a cualquier aeropuerto estadounidense para hacer una escala.
Asimismo, aquellos pasajeros que den positivo más de 10 días antes de un vuelo, podrán presentar documentación que den cuenta de su estado y su recuperación, en lugar de una prueba negativa. Además, el gobierno se viene preparando a la alta temporada de viajes por el Año Nuevo Lunar, que comienza el 22 de enero, para lo cual se prevé una gran llegada de viajeros desde China.