El expresidente Donald Trump logró su primera victoria de la noche en ese estado que aporta 48 delegados a la contienda republicana.
Este triunfo le da mayor impulso a Trump, ya que se trata de un estado que, al igual que Vermont, era muy importantes para las aspiraciones de Nikki Haley de mantenerse en carrera, puesto que el electorado republicano de ambos estados históricamente ha tenido una tendencia más moderada.
En 2016, Trump y Hillary Clinton ganaron sus respectivas contiendas en las primarias de Virginia.
El presidente Joe Biden se impuso en contiendas demócratas de Virginia y Vermont, que entre las dos aportan 143 delegados. Más temprano se había confirmado su triunfo en Iowa.
Durante la mayor parte de su historia, Vermont fue uno de los estados más republicanos del país. Antes de 1992, había votado por un candidato presidencial demócrata sólo una vez en toda su historia: en 1964. Sin embargo, el estado no ha apoyado a un republicano en las elecciones generales desde la reelección del expresidente Ronald Reagan en 1988. Los republicanos moderados han tenido cierto éxito a nivel estatal, incluido el cargo de gobernador desde 2016, y durante la mayor parte de la década de 2000.
En cuanto a Virginia, hay 48 delegados republicanos y 99 delegados demócratas en juego. En 2008, el expresidente Barack Obama se convirtió en el primer demócrata en ganar Virginia en una carrera presidencial desde 1964. Desde entonces, se ha vuelto azul en todas las elecciones presidenciales. Las victorias demócratas en el estado generalmente dependen del fuerte apoyo de los florecientes suburbios de Washington en el norte de Virginia y de la región de Tidewater alrededor de Norfolk y Newport News. Los demócratas también cuentan con el apoyo de la considerable población negra de Richmond.