A 20 años del 11S: Las cinco maneras en las que se ha transformado el mundo tras los atentados

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Dos décadas más tarde, los ataques del 11 de septiembre de 2001 proyectan una sombra tan alargada como la que ofrecían las torres gemelas.

Los atentados en Nueva York y Washington quedaron indeleblemente grabados en la memoria de los estadounidenses y del mundo entero.

Una encuesta del Centro de Investigaciones Pew realizada en agosto pasado revela que 93% de los estadounidenses mayores de 30 años recuerdan con precisión dónde estaban aquel día.

Pero aquella acción del grupo islamista Al Qaeda, liderado por un hasta entonces desconocido Osama bin Laden, tendría un impacto global determinante.

Aquí te reseñamos las cinco formas en que los atentados cambiaron el mundo.

Pese a que había decarado la yihad contra Estados Unidos pocos años antes, Osama bin Laden era poco conocido antes de los ataques del 11-S. Foto: GETTY IMAGES.

1. Un nuevo tipo de guerra

La respuesta del gobierno Estados Unidos al derribo de las Torres Gemelas fue el anuncio de un nuevo tipo de guerra, una en la que el enemigo ya no era un estado-nación y cuyos límites no estaban claramente definidos.

“Nuestra guerra contra el terror comienza con Al Qaeda, pero no finaliza allí. No terminará hasta que cada grupo terrorista de alcance global haya sido encontrado, detenido y derrotado”, dijo el 20 de septiembre de 2001 el presidente George W. Bush en un discurso ante el Congreso estadounidense.

Pocas semanas después, fuerzas angloestadounidenses comenzaron el bombardeo de objetivos de Al Qaeda y del régimen Talibán que les acogía en Afganistán.

Así se inició la “guerra global contra el terrorismo”.

Los ataques con drones de Estados Unidos han sido objeto de protestas en Pakistán. Foto: GETTY IMAGES.

2. El islamismo radical se hizo global

Aunque la guerra en Afganistán logró arrebatarle a Al Qaeda su santuario y las operaciones antiterroristas eventualmente llevaron a la muerte de su líder, Osama bin Laden, la amenaza de grupos islamistas radicales no ha hecho más que aumentar desde el 11-S.

Entre 2019 y 2020, Al Qaeda y sus grupos afiliados tenían presencia en unos 15 países y disponían de más de 25.000 militantes, de acuerdo con estimaciones publicadas por el Council on Foreign Relations (CFR).

Desde el 11-S se ha multiplicado por cuatro el número de grupos yihadistas incluidos en la lista del departamento de Estado como “organizaciones terroristas”, según el CFR.

3. El auge de la islamofobia

Pese a los esfuerzos de las propias comunidades islámicas por combatir, condenar y desligarse del extremismo de los grupos yihadistas, los musulmanes en Estados Unidos han reportado desde el 11-S un incremento de la islamofobia en ese país.

En los meses que siguieron al atentado contra las Torres Gemelas, los crímenes de odio contra musulmanes se dispararon en Estados Unidos de 28 en el año 2000 a 481 en 2001, según datos del FBI.

La discriminación también ha golpeado a esta comunidad. Una encuesta realizada en 2017, encontró que 48% de los musulmanes consultados en Estados Unidos decían haber sufrido algún tipo de acción de este tipo por razones religiosas durante el último año.

Londres ha sufrido varios ataques de militantes o simpatizantes de grupos radicales islamistas. Foto: GETTY IMAGES.

4. El (des)balance entre seguridad y privacidad

Tras el derrumbe de las Torres Gemelas también cayeron muchas protecciones al derecho a la privacidad.

“El equilibrio entre privacidad y seguridad nacional cambió de forma notable tras el 11-S. Con la aprobación de la Ley Patriota en octubre de 2001, los funcionarios del gobierno obtuvieron una nueva autoridad para vigilar posibles amenazas”, escribieron los expertos Darrell M. West y Nicol Turner Lee en un análisis publicado por el Brookings Institution, un centro de estudios con sede en Washington D.C.

“En el caso de ciudadanos estadounidenses, los responsables podían ir a un tribunal de Vigilancia de Inteligencia Extranjera y solicitar permiso para monitorear llamadas, emails y/o mensajes de texto”, señalaron.

5. El retroceso en la defensa de los derechos humanos

La lucha por la defensa de los derechos humanos también fue otra víctima colateral de los atentados del 11-S.

Enfrentados ante el miedo de ser víctimas de un ataque mortal, muchos estadounidenses comenzaron a justificar el uso de los duros métodos de interrogatorio -considerados como torturas por los defensores de derechos humanos- que las autoridades de ese país aplicaron a quienes eran detenidos por ser sospechosos de terrorismo tras el ataque a las Torres Gemelas.

Una investigación realizada en 2015 por el Centro Pew encontró que 58% de los estadounidenses consideraban que estas prácticas estaban justificadas.

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