El irlandés ha declarado que va a pasar los controles de la USADA.
Después de muchas dudas sobre el estado de forma y el compromiso de Conor McGregor con UFC, parece que el luchador irlandés ha dado un paso adelante. De esta forma, el ex campeón de la organización comentó a un periodista que pensaba entrar ya en el programa de la USADA (agencia antidopaje estadounidense).
Conor Mcgregor y su futuro rival, Michael Chandler, serán los entrenadores de la próxima edición de The Ultimate Fighter (TUF), un reality que sirve como puerta de entrada a nuevos luchadores a la UFC. Básicamente, el formato del programa es como el de La Voz, pero en lugar de medirse con la garganta lo hacen con los puños. Y la idea, según diversas fuentes, es anunciar la pelea justo cuando termine la emisión del programa.
Parece, por tanto, que la estrella irlandesa quiere enderezar el rumbo, después de haber protagonizado varios escándalos en lo que solía aparecer un tanto pasado de vueltas. En el propio reality, de hecho, se le pudo ver con un vaso en la mano y con algunas dificultades para la pronunciación.
Todavía no sabemos exactamente en qué peso será, ligero o welter, pero lo cierto es que, si McGregor no se cuida, lo va a tener muy difícil. Michael Chandler es un veterano como él pero todavía tiene hambre. Protagonizó la pelea de la noche con Justin Gaethje hace unos meses dando un espectáculo soberbio y a un desmejorado Tony Ferguson lo puso a dormir de mala manera.
Una buena versión cuidada del irlandés tendrá posibilidades (sobre todo si tenemos en cuenta que la mandíbula de Chandler no es lo que era), pero un luchador despistado en una jaula con Chandler no sería buena idea. El estadounidense es un peleador muy completo, con un “wrestling” de altísimo nivel, y Conor McGregor tiende a venirse abajo cuando anulan su kickboxing.