Masters 1000 de Miami: Carlos Alcaraz ganó a Dusan Lajovic y clasifico a octavos de final

Carlitos vence con otro rosco al serbio y el martes en octavos le espera el estadounidense Paul, azote de los españoles, que apeó a Davidovich.

Carlos Alcaraz no está para bromas en el Masters 1.000 de Miami. No quiere complicarse la vida, a ser posible, en un circuito ATP muy exigente, que no da tregua. Por eso juega cada partido con una intensidad tremenda que desborda a sus rivales. Como si se tratara de un Grand Slam, el número uno del mundo va a saco. El viernes ganó al argentino Facundo Bagnis por 6-0 y 6-2 en 64 minutos. Este domingo, arrolló en el inicio al serbio Dusan Lajovic con otro rosco y cerró el triunfo por 6-0 y 7-6 (5) en 91. Tiene un balance de 10-0 contra serbios, incluido Djokovic.

El martes en octavos le espera ya un rival de altura, que es el azote de los españoles, Tommy Paul (23 años y 19º), en racha de 12 victorias contra tenistas de la Armada tras ganar por 6-3 y 7-5 a Alejandro Davidovich. Le tendrá ganas, porque, como Nadal en París Bercy, él fue una de las víctimas del estadounidense natural Boca Ratón (Florida), el curso pasado en Montreal (6-7 (4), 7-6 (7) y 6-3).

Probablemente, esta vez la historia sea diferente, a tenor de lo bien que se ve a Alcaraz. Ante Lajovic (32 años y 76º), a quien ya había superado dos veces en 2023 (Buenos Aires y Río) y otra el año pasado (Open de Australia), lució, sobre todo, en movilidad. “Eso es lo que ha mejorado en mi juego. Me siento rápido en la pista, me muevo bien, sin pensar en las lesiones que tuve. Es muy importante para mí y lo disfruto mucho. También la variedad con la que juego, con muchos tiros”, señaló. Y es que dirigió el partido con el revés como lo haría Djokovic, con el drive y los golpes imposibles que firmaría Nadal y la buena mano que recuerda a Federer. Solo echó un pequeño borrón, al desordenarse cerca del final, por lo que perdió su saque y tuvo que resolver en el desempate.

En la grada de Hard Rock Arena estaba, cómodamente sentado en una lujosa butaca, Jimmy Butler, escolta de los Miami Heat, que le devolvió al murciano la visita que hizo a su equipo para ver un partido hace unos días. “Es un tipo agradable, lo conocí antes. Me alegro de haberle tenido viéndome jugar, porque es una estrella, así que es increíble. Yo no me veo jugando al baloncesto, es muy duro. Me gusta, pero no soy lo suficientemente bueno”, bromeó. Lo suyo es el tenis.

Exit mobile version