El noruego habla sobre el ejemplo que ha supuesto Rafa Nadal a la hora de comportarse dentro de la pista. “Ganarle es el reto más difícil que un tenista puede tener”.
Por si acaso alguno no lo recuerda, Casper Ruud estuvo a un partido de ser el mejor tenista del mundo. Me gusta remarcarlo porque, ni los medios de comunicación, ni el aficionado común es consciente de la carrera que está firmando el noruego. Claro que en 2023 le está costando un poco más pero, ¿quién no ha pasado altibajos en su carrera? Por suerte, encontramos entrevistas tan buenas como esta de Tennis Magazin donde nos permiten conocen un poco más a la persona y no tanto al competidor. Sin duda alguna, un protagonista que todavía tiene mucha guerra que dar.
“Suena bien, pero hay muchos otro buenos jugadores sobre tierra batida, así que no debería ser ningún príncipe. Sería bueno si algún día pudiera ganarme de verdad ese apodo, por supuesto que la arcilla es mi mejor superficie y es donde mayor placer me da jugar, a pesar de que vengo de un país donde no hay mucho juego al aire libre, es mucho más de interior. Pero también me gustan las canchas duras”.
“No tuve respuestas para su juego, simplemente eso. Claro que soñaba con hacerle partido, que todo fuera un poco más emocionante, pero Rafa estaba luchando por su 22º Grand Slam en su cancha favorita, la Philippe Chatrier de Roland Garros. Esta es la tarea más difícil que uno puede tener, sabía que necesitaba hacer uno de los mejores partidos de mi vida si quería tener opciones. Antes de la final, pensé que en algún momento tendría que llegar ese día en que perdiera una final de Roland Garros… y Rafa en momentos así es un fenómeno, tiene unas cualidades competitivas increíbles. Él sale y te come, eso es exactamente lo que hizo”.
“Tendría sentido si las ATP Finals se jugaran también en tierra batida, especialmente porque los puntos que ganas durante el año también son en arcilla, representa un gran impacto en la clasificación. Cualquiera que juegue bien en tierra batida se ha ganado merecidamente su lugar al final de temporada, quizá debería disputarse en arcilla cada tres o cinco años. Mirando el calendario, obviamente, no tiene mucho sentido en estos momentos, cuando se celebran todos los torneos bajo techo en pista dura, además de arrancar también el año en pistas duras”.
“Crecí en Oslo, es el lugar donde soy más feliz. Como tenista, siempre estoy en movimiento, así que necesito un lugar donde sentirme seguro, donde pueda recargar mis baterías y reunirme con mi gente. Creo que viviré en Noruega toda mi carrera, aunque los impuestos sean un poco más altos y los compañeros de entrenamiento no sean tan buenos como en Mónaco, por ejemplo. Pero las condiciones son buenas, para mí no sería correcta ir a Mónaco a entrenar con gente que luego veo en los torneos cada semana. Si veo que mi juego necesita mejorar, siempre puedo ir a la Academia de Rafa en Mallorca”.
“Soy positivo respecto a esta idea, se llevaba discutiendo mucho tiempo, ya se probó antes en las NextGen Finals. La ATP está tratando de encontrar la mejor solución posible para el futuro, es bueno que podamos tener charlas rápidas con nuestros entrenadores, pero claro: 25 segundos entre peloteos y diez segundos para ir a por la toalla, te quedan solo 10-15 segundos para hablar con tu entrenador. Eso no es mucho, pero siempre facilita el apoyo técnico con algún consejo”.
“Casi nunca discutimos, tenemos una conexión muy fuerte entre nosotros. Tengo mucho respeto por sus visiones, por todo lo que me dice y me enseña cada día. Tiene un nivel de experiencia extremadamente alto, también porque trabajó como comentarista durante muchos años y vio muchos partidos. Que haya tenido un éxito tan temprano se lo debo a él”.
“Todavía no he roto una raqueta, en ese sentido también tomé ejemplo de Rafa. Es un pequeño objetivo que me he marcado, no destruir nunca una raqueta en mi carrera. Esto significa comportarse bien en la pista, ojalá pueda hacerlo como Rafa. Es fácil tirar o destruir una raqueta cuando la sostienes constantemente y te enojas contigo mismo o con los demás. A veces me gustaría lanzarla, no miento, pero eso no te da buena energía. No es culpa de la raqueta, sino tuya”.
“Es evidente que es un muy buen jugador, se puedo ver el año pasado en Wimbledon. En un personaje interesante para los espectadores, aporta cosas al tenis que la mayoría de jugadores no aportan. Llama la atención en nuestro deporte porque es un showman, así que es bueno para el tenis, incluso si no juega demasiados torneos. Todos sabemos lo buen jugador que puede ser, la gente quiere ver lo bien que puede jugar”.