Ilia Topuria noqueó en el segundo asalto a Jai Herbert en la cartelera estelar del UFC Londres. El hispano-georgiano se rehizo de un mal primer round.
Ilia Topuria se metió en la boca del lobo. Fue a Londres para enfrentarse a un púgil local como Jai Herbert y hacer su debut en el peso ligero. Los problemas con la báscula en el UFC 270 le abrieron una puerta que solo él y Chimaev pueden atravesar. Peleará en las 155 libras, pero será ranqueado en el pluma. Hay mucha confianza en UFC en su desempeño y en el O2 Arena de la capital inglesa demostró que tiene madera de campeón. Pasó el peor momento de su carrera en la jaula, se rehizo y dejó uno de los KO’s de la noche para ir al siguiente paso. En el octágono, con todo el público atento, fue claro. No habló de su pelea, solo tiene un nombre ahora en la cabeza: “Quiero a Paddy Pimblett, voy a arrancarle la cabeza“. Pimblett también es inglés y obviamente, los fans locales le abuchearon. El ‘Matador’ sigue haciendo ruido dentro y fuera de la jaula.
El pleito fue vibrante y pocos esperaban un guión así. La diferencia de tamaño era muy clara, pero en ningún momento en la previa a Ilia se le vio preocupado. Salió con cuidado, pero Herbert le cazó con una tremenda patada. Directa al mentón y Topuria se quedó sentado. Ahí demostró que hay raza campeón en él. Se fue con todo a meter al inglés contra la jaula e intentó el derribo. Entre medias, tomó tiempo para recuperarse. Su suelo era mejor, pero Herbert se defendió bien y ambos acabaron la pelea arriba. El hispano-georgiano no dudó en cruzar golpes, quería ganarle en su terreno… podía ser un fallo. “Lleva la pelea al suelo“, le decía con gran tranquilidad uno de sus entrenadores, Jorge Climent, tras el round inicial.
Topuria estaba tocado en el orgullo y ese consejo lo obvió. Hizo caso al otro: “Presiónale”. Ilia lo hizo, y aunque la lógica hacía pensar en buscar un derribo, no lo hizo. Pasó un minuto y esperó su momento. Lo encontró con Herbert pegado a la jaula. Metió una de sus características manos a la zona de flotación, aceptó encajar el jab del inglés porque cuando giró, con un volado de derecha, fulminó a Herbert. El local no había recibido casi golpes potentes, pero el primero lo destrozó. El de Wolverhampton fue el primero que le mandó al suelo por un golpe, e Ilia le quiso acabar en su terreno. Mensaje de campeón al universo de la UFC y reto claro. Quiere a Pimblett, con quien llegó a las manos en la previa cuando se vieron en el hotel. El inglés, experto en meterse en líos en redes sociales, se rió de la guerra ruso-georgiana, lo que encendió a Topuria (perdió familiares en ella) y este quiere una pelea para vengarse de esa ofensa. Pimblett sometió, en la misma cartelera, a Kazula Vargas en un asalto. Cumplió, pero no respondió al reto. Ilia lo desea. La UFC debe hablar.
Fuera de la derrota de Herbert, el UFC Londres fue una noche mágica para los luchadores locales. El encargado de poner la guinda fue Tom Aspinall, quien sometió en el primer asalto a Alexander Volkov. El de Salford salió con una marcha más que su oponente, quien vio como le rompieron la distancia de manera de inmediata. El inglés conectó mejor al ruso y lo llevó al suelo cuando quiso. Volkov pudo rehacerse y llevar la pelea arriba. De nuevo, poco tardó el local en llevar el pleito al piso. Una vez ahí se esperaba ground and pound, ya que en la caída anterior logró cortarle con un codo. No fue así. Aspinall cerró un ‘Straight armlock’ para poner el punto final al show en el primer round.