Luka Doncic no disputó el último cuarto ante los Pelicans por un problema en su muslo izquierdo. La lesión tiene mala pinta. Los Mavericks, nueva derrota.
Si las cosas pueden ir mal, irán mal. Es, al menos, lo que les está pasando a los Mavericks, que ya en una situación comprometida se han quedado sin Luka Doncic hasta nuevo aviso. El esloveno vuelve a tener molestias en el muslo izquierdo y tendrá que ser sometido a una resonancia magnética, pero ya ha avisado que no se siente “nada bien”. Sus gestos de dolor eran evidente en el partido que ha enfrentado a Pelicans y Mavs (113-106), una nueva derrota que, sin embargo, no es la peor noticia para el equipo tras perder al esloveno, que no saltó a la pista en el último cuarto, fue vendado de forma aparatosa y tenía visibles gestos de dolor en el rostro como consecuencia de una lesión que se ha hecho él mismo, sin chocar contra ningún rival ni caer al suelo de según qué forma. Desastre total.
Doncic llevaba más de 27 minutos en pista antes de su lesión y no saltó a pista en un último periodo que los Mavs empezaron perdiendo de 16 (81-65). Los Mavericks, sin apenas rotación tuvieron que encomendarse a Kyrie Irving, que disputó 41 minutos, para solucionar las cosas, pero ni por esas: se llegaron a poner a 4 a menos de un minuto del final tras anotar 41 puntos en menos de 12 minutos (110-106), pero los Pelicans consiguieron cerrar una victoria importante y se aprovecharon de la lesión de Doncic, pero también de un muy mal partido de un equipo que ya iba perdiendo cuando cayó su estrella y que tiene una falta de profundidad en la rotación evidente y un entrenador ajeno a todo y que da la sensación de que tiene unas ganas tremendas de que se acabe la temporada y amaine así la tormenta.
En el momento de su lesión, Doncic no estaba haciendo un buen partido: 15 puntos, 3 rebotes y 8 asistencias, pero 4 de 14 en tiros de campo y 1 de 5 en triples. Tampoco Kyrie, con 27 tantos, fue la solución en la minutada que estuvo en pista. Tim Hardaway se fue a 17 (5 de 12 en triples), Dwight Powell convirtió 12 y Christian Wood fue el líder desde el banquillo con 15+8, pero sigue planteando un problema en la rotación cuando se alinea con Doncic y Kyrie y estropea más todavía una defensa ya de por sí inoperante. Jaden Hardy, con 11 tantos, fue la sorpresa positiva de los Mavericks, que perdieron totalmente la batalla por el rebote (49 a 34) y lucharon sin ningún tipo de poder de convicción, como si la victoria ante los Jazz hubiera sido un mero espejismo y no un motivo para, de alguna manera, confiar.
En los Pelicans, el héroe fue CJ McCollum, que volvió a dar muestras de son consabida experiencia para finalizar con 32 puntos y anotar 13 en los últimos 4 minutos de partido. Hubo cinco jugadores locales con dos dígitos en anotación y se repartieron 32 espectaculares asistencias en un ejercicio coral estupendo. Los Pelicans (31-35) siguen en play-in (décimos) pero ya se ha filtrado que el retorno de Zion Williamson no es precisamente cercano y van a tener muy complicado mantener el puesto que ocupan actualmente. Por su parte, los Mavericks caen al octavo lugar, tienen a 1,5 victorias a unos Lakers al alza y 2,5 de margen que gestionar para no quedarse fuera de todo y quedarse sin posibilidades de fase final, lo que sería un fracaso estrepitoso y tendría graves consecuencias. Los Mavs necesitan sumar. Con Doncic o sin él.