El base español vuelve a sufrir la misma lesión que frenó su carrera en 2012, siendo un novato emergente en los Minnesota Timberwolves.
Ricky Rubio estaba jugando, probablemente, su mejor partido de la, probablemente, mejor temporada de su carrera en la NBA. A falta de dos minutos y 20 segundos para el final del partido entre sus Cleveland Cavaliers y los New Orleans Pelicans, el base español acumulaba 27 puntos, 13 rebotes y nueve asistencias cuando, al frenarse en una entrada a canasta, su rodilla izquierda hizo un movimiento extraño.
Ricky se fue al suelo con evidentes gestos de dolor, pidió asistencia médica y tuvo que abandonar la pista a hombros de sus compañeros Kevin Love e Isaac Okoro, sin cargar peso en la pierna dañada. La resonancia magnética a la que se sometió confirmó el peor pronóstico: tiene roto el ligamento cruzado anterior y se perderá lo que resta de temporada.
«Estamos desolados, es como si cayera un miembro de tu familia. Duele que se lesione cualquiera, pero todavía más alguien que nos da tanto en tantos sentidos», murmuraba tras el partido un hundido Kevin Love, una de las personas que mejor conoce la maldición que persigue a Rubio con esa rodilla izquierda. Love era la figura de los Minnesota Timberwolves a los que llegó el de El Masnou en 2011.
Alrededor de ambos giraba un proyecto al que, durante unos meses, se le auguró un futuro brillante, con Ricky siendo el mejor novato de la liga junto a Kyrie Irving hasta que, en marzo de 2012, sufrió la misma lesión que ahora, frenando en seco su progresión. El plan de los Timberwolves se descompuso tras aquello y él tardó años en recuperar su máximo nivel.
De hecho, ha sido en estos últimos tiempos cuando al fin se ha visto al gran Ricky que se esperaba desde que deslumbró siendo un adolescente en el Joventut. En 2019 fue el MVP del Mundial ganado por España y este verano acabó como máximo anotador en los Juegos. En la NBA, por contra, no acababa de encontrar su sitio y su traspaso por sorpresa en julio a los Cavaliers parecía prolongar su mala suerte.
Pero, entre la explosión de jóvenes como Darius Garland, Evan Mobley y Jarrett Allen y el liderazgo de un Rubio fantástico (13,1 puntos y 6,6 asistencias), Cleveland es el equipo revelación de la temporada con un balance de 20 victorias y 14 derrotas, afianzado en zona de playoffs cuando nadie lo esperaba. Ahora, esta nueva desgracia frustra ese cuento de hadas y enturbia el futuro del base, que acaba contrato en verano y saldrá al mercado con 31 años y tras una lesión grave.