El clásico entre Manchester United y Liverpool había sido reprogramado para este jueves, debido a las protestas que se hicieron en Old Trafford el pasado 2 de mayo. Este hecho había causado que se tenga que postergar la fecha del definitorio duelo.
Si bien los ‘Red Devils’ comenzaron ganando temprano con un gol de Bruno Fernandes (10′), los de Jürgen Klopp se las arreglaron para poder darlo vuelta en la primera mitad, con anotaciones de Diogo Jota (34′) y Roberto Firmino (45’+3′)
Los ‘Reds’ no perdieron la viada emprendida en el final del primer tiempo y arrancaron el complemento con otra estocada de Firmino, quien estiró la ventaja a los 47′. En ese entonces, United concentró sus esfuerzos en encontrar el descuento y lo halló vía Marcus Rashford, a los 68′.
Finalmente, sería Mohamed Salah quien sellaría el 4-2, a los 90′, con una gran jugada individual. Hasta ahí todo parecía ser felicidad para los de Klopp por el triunfo abultado, pero no hubo una excepción.
Resulta que Sadio Mané, quien no se encuentra en su mejor momento futbolístico, había comenzado en el banquillo. Recién a los 74′, ingresó para reemplazar a Diogo Jota, pero no tuvo tiempo suficiente como para poder acomodarse en el campo y marcar la diferencia.
Ofuscado por lo sucedido, el senegalés abandonó el gramado apenas se escuchó el pitazo final. Afuera de este le esperaba el técnico alemán para intercambiar saludo, pero el jugador lo desplantó ante la sorpresa de propios y extraños.
El exestratega del Borussia Dortmund no agrandó lo sucedido y brindó posteriores declaraciones para colocar “paños fríos” a la situación:
“No hay ningún problema. Tomé la decisión de última hora de que jugase Diogo. Los jugadores están acostumbrados a que les explique las cosas, pero no hubo tiempo. Sadio estaba un poco enfadado, pero eso es todo. Todo está bien”
Klopp declaró en caliente tras el triunfo