El Alavés se adelantó en la primera jugada del partido, en un saque de esquina cabeceado por Laguardia.
No hubo esta vez gol a última hora igual que no hubo fútbol durante toda la función. Se refiere la frase anterior al Atlético, por supuesto, porque el Alavés despachó un partido notable para conseguir ante el campeón sus primeros puntos del ejercicio. El infame encuentro rojiblanco tuvo continuidad en unos cambios que desequilibraron más que otra cosa y la consecuencia de todo ello fue un resultado lógico y si se apura corto, porque los locales tuvieron varias opciones para aumentar la cuenta.
El gol lo encajó prácticamente de salida, en el primer córner, para ir abajo ya a los 4′. Luego, ofreció un catálogo de los horrores, puesto que no encontró manera de dar con sí mismo. Apenas Rodrigo de Paul firmaba la ocasión más peligrosa de los madrileños y el primer disparo entre palos, en el minuto 52 del partido. Un centro-disparo de una falta, que no tocaba nadie y que iba dentro hasta que Laguardia, haciendo honor a su apellido, sacaba el balón en la misma línea de portería.
El Atlético terminó arrinconando a su rival. El espacio se reducía y aparecía Correa para probar suerte, pero el portero Pacheco respondía con creces para negarle el empate. El argentino era el que mejor parecía saber descifrar el laberinto de piernas del rival sin tener que recurrir a esos centros al área que eran desactivados por el equipo vitoriano. Pina y Juanmi, por su parte, en sendos disparos, tuvieron el 2-0 en sus botas, pero no encontraron precisión. Así, el ‘Atleti’ terminó cayendo 1-0.