Rusia amenazó con irse fuera de Europa en fútbol para pasarse a Asia por deseo expreso del presidente, medida que divide al fútbol (sancionado) de este país.
A pocas semanas de que se cumpla un año de la invasión de Ucrania por parte de Rusia, en el mundo del fútbol ya se ha normalizado que jugar contra los equipos rusos, algo tradicional en Europa, ya no es posible. Están expulsados de todo tipo de competiciones internacionales y su selección fue excluida del Mundial de Qatar, también lo ha sido de la Eurocopa 2024 y seguirá así mientras no cambie el plan militar de Putin.
Sin embargo, en los últimos días del año 2022, Rusia cogió en el fútbol algo de aire con una medida que venía cociendo desde hace meses y que si bien tiene sus riesgos al menos obliga a actuar a los principales organismos del fútbol. Es algo más de lo que tiene ahora, que no es nada.
En un tono amenazante, la Federación de Fútbol de Rusia (UFR, siempre bajo el control de Putin) lanzó la idea de cambiarse de continente. Actualmente –y desde siempre, también cuando era la Unión Soviética– pertenecen a la UEFA (Europa), pero ahora ven la posibilidad de irse a la AFC (Asia). Pueden hacerlo toda vez que Rusia, geográficamente, está en ambos continentes.
Sancionados por la UEFA, Rusia amagó con irse a Asia para así poder competir de forma oficial. Eso tenía una ventaja y un gran inconveniente para ellos: lo positivo es que podían volver a disputar encuentros y como tal competir al gran nivel, además de llegar a tiempo para entrar en la clasificación al Mundial 2026; lo negativo que perderían mucho foco mediático y muchos ingresos (y, por tanto, peor nivel en su liga) al haber una gran diferencia entre el fútbol de clubes y selecciones en Europa y Asia. Todo ello siempre contando el momento en el que fueran a ser readmitidos.
Entraban además varios condicionantes. Según Rusia, la FIFA no se opone al cambio de continente y ve de forma normal, sin el condicionante político y de guerra que hay detrás, que quieran cambiarse de UEFA a AFC. Eso sí, pone una condición clara: que todas las partes estén de acuerdo y que se haga de forma amistosa. Y ese no era el plan de Putin, que quería irse a las bravas de Europa a Asia.
El deseo del Kremlim es ese, mirar hacia el este, toda vez que tanto la política exterior como la economía nacional se están orientando hacia ese continente. En el fútbol hay más división, pero ante el cabreo por el castigo de la UEFA, grandes clubes y figuras principales del país se han mostrado a favor de irse de Europa. Sí se han mostrado en contra las grandes corporaciones mediáticas y televisivas, que saben perfectamente las pérdidas en ingresos, audiencias televisivas e interés entre los aficionados que conllevaría irse a jugar a Asia. Esto, en la práctica, supone dejar la Champions League o la Eurocopa. Jugarían la Champions asiática, a años luz de nivel, o la Copa de Asia.
Ante el temor de que un cambio unilateral provocara más sanciones (que la FIFA directamente no les dejara ni jugar la clasificación al Mundial en Asia), la Federación de Rusia anunció la creación de «un grupo de trabajo» para tomar la decisión final. Ahí estará representada la AFC, pero también la UEFA. Y es que el organismo europeo es el que tiene sancionado a Rusia, pero a la vez se asusta con que una federación miembro se vaya. Eso jamás ha ocurrido, sería una pérdida de poder y un mensaje de debilidad y de cara al futuro, si la cosa vuelve a su cauce, una enorme pérdida de dinero: antes de la invasión las empresas rusas apoyaban mucho al fútbol europeo en forma de contratos millonarios.
Desde Rusia se ha reconocido que «nadie nunca ha salido de la UEFA», por lo que no existe un precedente ni una jurisprudencia para casos como este. El ministro de Deportes de Putin, Oleg Matitsin, ordenó que la decisión tiene que ser «ponderada» y «sopesada». Era un guiño a la UEFA, una especie de no abandono sin vuestro consentimiento. Y buscan con ello acercar posturas para que desde la UEFA, en algún momento, quiten sus sanciones y abran la puerta a lo que de verdad quieren: jugar la Champions, la Eurocopa y seguir, en términos futbolísticos, en Europa.