Conformarse con la Concacaf es de equipo chico y León no lo es

La Concacaf no es consuelo para León y para Larcamón también es un duro golpe.

Una de las peticiones especiales para Nicolás Larcamón era calificar a la Liguilla. Era borrar el pasado inmediato de fracasos del Club León. Era hacer a un lado a las malas decisiones en el timón leonés que produjeron solo tristezas.

Efectivamente, la Fiera jugó diferente con Larcamón a lo largo del torneo local y se hizo un equipo con protagonismo hasta llegar a una final de un torneo internacional. Pero aún así, tristemente no se logró entrar a la Fiesta Grande, un estatus que serviría para apaciguar a la exigencia que grita el orgullo esmeralda por tener algo valioso en la Liga.

Hay formas de morir y para lo que fue la Fiera en 17 fechas, si el destino era caer, los Esmeraldas debieron hacerlo con agallas. Por el contrario, la soberbia prevaleció y el exceso de confianza fue el arma que se clavó en las entrañas de la Fiera. Se murió de nada.

San Luis aprovechó los regalos que le dieron unos leoneses irreconocibles a los que vimos días atrás. El gol de Dávila, apenas a los tres minutos del arranque, resultó perjudicial. Después, solo vimos un primer tiempo para el olvido. 

Falló en la Fiera lo mejor que tenía, su sistema defensivo. Y cuando pensamos que lo ideal para el León era irse al descanso para revitalizarse con un 3-1 en la espalda, después de la pausa el que saltó a la cancha fue un felino predecible, esperanzado en que con un gol vendría una reacción. No llegó el gol, mucho menos una reacción.

El cuadro esmeralda terminó como fichas de dominó, revuelto y sin ideas útiles para resolver el crucigrama potosino.

León no puede con la repesca, una fase que históricamente es maldita para la causa esmeralda. Tigres, Toros Neza, Toluca, Cruz Azul y ahora San Luis han sido los verdugos en esta instancia.

Para Larcamón también es un duro golpe, siendo esta la primera vez en cinco torneos mexicanos en la que se queda sin dirigir en una Liguilla cuando todo se suponía que con un mejor plantel lograría llegar más lejos.

Duele, claro que duele esta eliminación.

 tiene la Final de la Concacaf dentro de un mes. Quedarnos con solo eso suena a conformismo de un equipo chico y León no es un equipo chico. 

La Concacaf no es consuelo porque aún ahí no se ha ganado la corona. En 28 días lo sabremos.

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