En el inicio de la gira por Asia, Argentina venció por 2-0 a Australia, en partido amistoso internacional. Lionel Messi fue la gran figura tras anotar el gol más rápido de su carrera.
La La Selección de Argentina derrotó por 2-0 a la de Australia, en un amistoso en el Estadio de los Trabajadores de Pekín. Este duelo dio puntapié inicial a la gira asiática de la ‘albiceleste’ para seguir luciendo la tercera estrella. Cuando el encuentro recién empezaba a acomodarse, Lionel Messi regaló el gol más rápido de su carrera: solo bastaron 79 segundos. Muchos aficionados aún no habían encontrado sus asientos dentro del recinto, otros se encontraban en los exteriores, cuando Messi quiso darle a este viaje al gigante asiático una importancia que no se preveía.
Tras un gran recorte en el borde del área y un tiro que se coló por la escuadra derecha del capitán australiano, el portero Mathew Ryan. Las redes sociales del país asiático, rápidamente, se hicieron eco de la proeza presenciada por los aficionados locales, el gol más rápido en la historia del mejor jugador del pasado Mundial.
Los campeones del mundo parecían interesados en seguir aumentando la cuenta con sendas ocasiones de Alexis Mac Allister y el propio Messi. La primera se fue alta y la segunda impactó en el lateral de la red australiana.
En el minuto 10, al unísono cantaron los espectadores el nombre de Messi, inspirados en el grito que se corea en el Camp Nou cuando el cronómetro marca idéntico tiempo. Poco después de ese momento, con una pérdida de balón del 10 argentino en el centro del campo, empezaron una serie de errores defensivos que despertaron a los auriverdes e inquietaron, sin mayor preocupación, a Emiliano ‘Dibu’ Martínez.
Empezó el segundo tiempo, con la entrada de Germán Pezzella por Nicolás Otamendi por la Albiceleste, y de Ajdin Hrustic por Jamie Maclaren por los australianos. Los ‘Socceroos’ comenzaron con un planteamiento más agresivo, aunque nuevamente, Di María primero y Messi seguidamente forzaron a Ryan para mantener a su equipo en el encuentro, justo antes de que Keanu Baccus, solo en el segundo palo, rematara a la cabeza de Pezzella.
Pero el segundo tanto argentino llegó poco antes, en el minuto 67, cuando Pezzella remató a la red de cabeza un centro perfecto de De Paul desde la izquierda, que encendió a la grada como lo consiguió el aficionado más envidiado de China, que saltó al terreno y pudo ver de cerca a Messi y al Dibu con el estadio cantándole “buen esfuerzo”.
De ahí al final, solo la magia, basada en controles y regates en una baldosa del siete veces Balón de Oro conseguía despertar sin mucho esfuerzo a los seguidores presentes, además de las revoluciones de Garnacho, que podrá decir que en su debut le golpeó con tanta fuerza al esférico que lo pinchó.