Una exhibición de Patrick Schick, con doblete incluido, le permitió a República Checa vencer por 2-0 a Escocia en su debut y hacer vibrante un encuentro que se anunciaba discreto desde la previa.
El Hampden Park de Glasgow recibió un duelo que prometía ser parejo, pero que se resolvió gracias a las individualidades de los checos. Quizás se esperaba que los escoceses puedan cuidar mejor el marcador, puesto que alinearon con un planteamiento ultradefensivo (5-3-2). No obstante, ni ello pudo librarlos de un Schick endiablado, que terminó decantando el encuentro para su Selección.
Antes de llegar el primer gol, Schick ya había anunciado con un remate directo, pero David Marshall había atajado bien e impuesto sus condiciones. Asimismo, los de Escocia habían tenido una oportunidad de gol en los pies de Lyndon Dykes, pero Tomas Vaclik también dijo presente y atajó el disparo. Ya se cerraba el primer tiempo, cuando apareció Vladimir Coufal para asistir al afamado e insistente delantero del Bayern Leverkusen, quien con un perfecto cabezazo ahora sí abrió la cuenta a los 42′.
El complemento trajo consigo una variante clave para los escoceses, pues ingresó Che Adams para fortalecer su artillería. No obstante, no contaban con que Schick volvería a hacer de las suyas, pues, a los 52′, remató prácticamente desde el mediocampo para colgar a un Marshall que, en su intento de robar metros, había dejado su valla descuidada. Fue uno de los mejores goles del torneo, sin dudarlo.
Con dos goles en contra, Escocia se lanzó al ataque y probó desde todos los ángulos, pero la figura del portero Vaclik fue creciendo conforme pasaron los minutos y los checos encontraron una consistencia defensiva que no ofreció ningún flanco débil a su rival. De esta manera, se consagró el triunfo de los dirigidos por Jaroslav Silhavy, quienes se ilusionan con este arranque soñado.