Boxeo: Oleksandr Usyk un campeón diferente en la historia

El boxeador ucraniano Oleksandr Usyk superó a Anthony Joshua y se convirtió en el nuevo gran monarca de los pesos pesados.

Desde Holyfield no aparecía otro crucero igual. Uno capaz de subir de categoría y plantarle cara a los pesados. Usyk es un campeón distinto. A contracorriente de los hombres grandes que basan su estilo en su poder, Alexander boxea con las piernas para golpear con los puños. Su sorpresiva victoria contra Anthony Joshua no admite cuestionamientos. Aprobó en todos los registros del púgil completo.

Su asombrosa capacidad estratégica lo ha ayudado en gran parte del combate, pero ha sido su coraje para jugársela en los momentos claves lo que lo ha convertido en campeón del mundo. Ir a Londres, de visitante y apropiarse del título de un tipo más grande, más fuerte y con mayor promedio de nocaut no es para cualquiera, Usyk es diferente.

El hecho que Crimea, el territorio donde nació, haya sido anexado hace poco por los rusos no le cambia el sentimiento. Usyk se reconoce como ucraniano. A esa nación ha pertenecido su pueblo la mayor parte de su vida. Allí jugaba fútbol como volante hasta que a los 16 se decidió por el boxeo. Mientras hacia sus pinitos en el ring decidió estudiar cultura física en la universidad estatal de Leopolis. Ya graduado continuó con su carrera sobre el cuadrilátero.

En el 2008 en los Juegos Olímpicos de Beijing fue derrotado en su segundo turno. Juró revancha y la tuvo cuatro años más tarde en Londres. Consiguió la medalla de oro de los pesados. Curiosamente en esa misma competencia, pero en categoría Súperpesado el campeón resultó Anthony Joshua, su rival de esta tarde.

En el 2013 decidió hacerse profesional. Desde entonces no perdió nunca. Su mayor virtud es su enorme inteligencia en el entarimado. Sabe adaptarse a lo que le plantea el rival y tiene suficientes variables técnicas para improvisar un plan de combate si lo entrenado no resulta como esperaba. Se coronó en el 2016 como monarca en los cruceros y fue un campeón muy sólido. Luego de 6 defensas titulares y consciente que la gloria y el dinero estaban en el peso superior decidió incursionar en el terreno de los gigantes. Dos veces combatió en esta nueva categoría antes de ir por el campeonato. Lució impresionante en el primero contra Chazz Whiterspoon, pero dejó muchas dudas en el segundo contra Dereck Chisora.

Con los párpados manando sangre, débil y aspirando con cada bocanada el poco aire que podía no perdió de vista el objetivo. Pese al cansancio extremo y a que su ventaja en las tarjetas era holgada no quería correr riesgos. Por eso en los últimos instantes de la batalla contra Joshua fue a buscar el nocaut. La avalancha de manos que recibió el inglés fue tanta que tuvo que refugiarse en las cuerdas para no desplomarse. La campana intervino en su auxilio y Usyk sanguinolento pero satisfecho miró a su esquina con la certeza del deber cumplido. Los jueces esta vez no se equivocaron. El veredicto fue unánime. Joshua puede ejecutar la cláusula de revancha obligatoria si lo desea. Por lo pronto Holyfield ya tiene un sucesor. Y es un campeón distinto.

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