Un pelotazo peligroso a Orlando Arcia provocó un conato entre los eternos rivales de la pelota venezolana.
Leones del Caracas y Navegantes del Magallanes miden fuerzas en el Estadio Monumental Simón Bolívar, ubicado en La Rinconada. Los dirigidos por José Alguacil han dominado sin ningún tipo de contratiempo el cotejo. Sin embargo, una revuelta se hizo presente cuando el compromiso estaba por culminar.
En el cierre del octavo inning, con el marcador 7-0 a favor de los melenudos, el serpentinero de los eléctricos, Wilker Palma, le propinó un pelotazo sumamente peligroso a Orlando Arcia. La pelota de 108 costuras tuvo como destino la protección del casco, lo que provocó que el grandeliga de los Bravos de Atlanta se sintiera aturdido y posteriormente, tuviera que abandonar el terreno con ayuda del trainer y el mánager.
Su reemplazo, para correr en la inicial, fue su propio hermano Oswaldo Arcia. En ese momento de la sustitución, un cruce de miradas y palabras desembocó en el vacío de las bancas. En ese mismo sentido, el público jugó un papel importante y en algún punto vergonzoso. Un vaso proveniente de la tribuna central le llegó a impactar en la humanidad a uno de los umpires.
Al transcurrir poco más de cinco minutos, el choque se reanudó con total normalidad, pero la tensión del momento no pasó del todo. Los jugadores de los turcos entraron en una discusión con los fanáticos presentes, tras sufrir el arrojo de varios objetos al dugout carabobeño. Todo provocado por la inmensa presión que se vive en un duelo de los eternos rivales.