Desastres del automovilismo, Toyota Celica Proto Raid

La firma nipona Toyota se encuentra actualmente en un puesto privilegiado del automovilismo, con un dominio férreo en disciplinas como el WRC, el WEC y el rally Dakar.

El caso que hoy nos ocupa toma como partida un modelo tan célebre como es el Celica, modificado por un equipo privado para acometer la aventura del Dakar a comienzos de los 80, con nimios resultados.

¿Podría retornar el Toyota Celica a las carreteras? El rumor saltó hace escasas semanas, que decía que el primer proyecto aprobado por el nuevo presidente de la firma sería el de tan mítico nombre. Al Celica lo hemos visto participar en varias disciplinas del automovilismo, como el WRC, donde tuvo una época dorada durante los años 90, aunque ya hizo sus pinitos durante la década de los 70. También tomó parte en el DRM alemán por aquel entonces, con un ultravitaminado LB Turbo de más de 550 caballos.

Durante la mencionada época es el momento en que el rally ParísDakar comienza a cobrar la magia que lo caracteriza, y Toyota ya está muy presente en el certamen, pues no son pocos los que eligen al robusto Land Cruiser para acometerlo, incluido Thierry Sabine, el padre de la prueba.

Por su parte, Pedro Fougerouse es un empresario de éxito aficionado al motor y también piloto de rallies con una gran cercanía al modelo nipón. Tras un par de incursiones en la prueba más dura del mundo con el mencionado Land Cruiser, para la edición de 1982 decide inscribirse con su fiel compañero, aunque con un tratamiento previo que dejaría al Celica casi irreconocible.

Para empezar, el chasis original se sustituyó por el de un Land Cruiser HJ45 algo recortado y la mecánica incorporada era nada menos que un V8 de 5.7 litros de Chevrolet con 250 caballos y más de 500 Newton metro a 2.500 revoluciones por minuto. Lo único que quedó remanente del Celica original fue su carrocería, colocada a posteriori sobre el elevadísimo chasis.

Las fotos tomadas corresponden a las primeras pruebas sobre el terreno previas a la edición de 1982, que tomaría lugar el 1 de enero de aquel año. Por desgracia, la aventura ‘dakariana’ apenas terminaría poco tiempo después de entrar en territorio africano. Parece ser que algunas incidencias con el nuevo tanque de combustible de mayor tamaño derivaban en problemas de encendido que obligaron a la tripulación a retirarse en Argelia.

El coche no participó en la siguiente edición, pero sí lo hizo en la primera edición de la Baja Aragón, que por aquel entonces todavía se denominaba Baja Montesblancos, aunque se desconoce si se realizaron mejoras o cambios mecánicos durante ese período de tiempo.

No obstante, el infortunio se volverá a cebar con el equipo formado en cabina por el piloto Pedro Fougerouse y su copiloto Anne Marie de Belabre, esta vez con mayor ahínco si cabe: el coche es devorado por las llamas de nuevo por algún fallo relacionado con el combustible tras un accidente con varias vueltas de campana.

Como mencionábamos al principio, esta aventura fue un intento de un equipo privado sin ninguna participación por parte oficial de Toyota. Hoy en día, la firma es curiosamente la referencia dentro del Dakar con su Hilux T1+, así como en otras disciplinas como el WRC con el Yaris Rally1 y el WEC con el GR010 Hybrid.

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