Este martes se presentó ante el Parlamento un proyecto de ley que otorga el poder de fijar ciertos niveles de servicios mínimos. El objetivo es poder salvaguardar ciertos sectores esenciales como el transporte y la sanidad en caso de una huelga en estos rubros.
El proyecto fue presentado por el ministro británico de Empresas, Grant Shapps, tras meses de paros de empleados ferroviarios, enfermeros, personal de ambulancias y otros trabajadores. La medida ha sido criticada por los sindicatos y la oposición laborista, además de que aún debe pasar por una ardua tramitación parlamentaria.
Shapps argumentó que la ley aspira a garantizar la “seguridad” de los ciudadanos ante huelgas como la convocada este miércoles por trabajadores de ambulancias. “Los miembros de la oposición que se oponen a los niveles mínimos de seguridad tiene que explicar a sus votantes que si sufren un ataque al corazón, una embolia o una dolencia que amenaza a su vida en una jornada de huelga no se habrán fijado unos estándares mínimos“, argumentó el ministro.
Por su parte, la vicelíder laborista, Angela Rayner, aseguró que muchos países europeos “pierden muchos más días por huelgas que el Reino Unido”. En ese sentido instó a que “hable con sus gobiernos y sindicatos para aprender alguna lección real”. Así también, el secretario general de la federación de sindicatos TUC, Paul Nowak, alertó por su parte que la ley “prolongará las disputas y envenenará las relaciones laborales, lo que llevará a huelgas más frecuentes”.