El 61 por ciento de los franceses consideran que las explicaciones públicas del presidente, Emmanuel Macron, sobre la controvertida tramitación parlamentaria de la reforma de las pensiones no contribuirán a relajar las tensiones y que, en cambio, empeorarán el malestar social que ha derivado en protestas prácticamente constantes durante estos últimos días.
Por el contrario, solo el once por ciento cree que las tensiones bajarán después del mensaje del presidente, quien rompió su silencio tras la acelerada aprobación de la reforma en la Asamblea General y la votación por dos mociones de censura contra el Gobierno. En una entrevista, calificó su decisión como ‘necesaria’ y descartó cambios en su equipo.
Macron reconoció que la moción le pasaría factura en torno a la popularidad, pues ya casi dos de cada tres personas lo consideran mal presidente, y cada siete de diez lo ve arrogante. La reforma en cuestión plantea elevar el número de jubilación de 62 a 64 años. Los sindicatos se mantienen en alerta y en protesta contra ello.