El funeral de Tyre Nichols, muerto a principios de enero por una paliza de la policía, se celebró este miércoles en Memphis, Tennessee. Los asistentes a las exequias clamaron por una reforma para acabar con la violencia por parte de los agentes en Estados Unidos.
La ceremonia tuvo lugar en la iglesia Cristiana Mississippi Boulevard en Memphis, con la presencia de la familia de Nichols. También asistieron: la vicepresidenta de EE.UU., Kamala Harris; el conocido activista de derechos civiles, el reverendo Al Sharpton, y parientes de otras víctimas de la brutalidad policial como George Floyd.
Si hubo una constante a lo largo del servicio religioso fueron las peticiones para que el Congreso apruebe la “Ley de Justicia en la Policía George Floyd”. La madre de Nichols, Rowvaughn Wells, no lo pudo decir más claro: “Necesitamos que esta ley sea aprobada”. Wells aseguró entre lágrimas que “con el próximo chico que muera la sangre va a estar en sus manos (de los congresistas)”.
La ceremonia comenzó con un coro de 70 personas que cantaron “Strength Like No Other”, lo que hizo que muchos de los asistentes se levantaran de sus asientos. En el centro se encontraba el ataúd, de color madera, con el cuerpo de Nichols. El joven de 29 años falleció después de que un grupo de policías le propinara una paliza con porras y patadas en la cabeza cuando era detenido por una infracción de tráfico.