Las restricciones que han impuesto las autoridades sanitarias de México sobre los vaporizadores de humo generaron un efecto colateral en todo el país: el mercado ilegal.
Estos cigarros electrónicos no regulados que se comercializan sin certeza de los materiales que se usan para su elaboración —a diferencia de los vaporizadores tradicionales— se ofertan desde los 100 hasta los 500 pesos en máquinas expendedoras en diferentes estados de la República, en la que cualquier persona puede acceder a ellos, incluso los menores de edad.
En entrevista con medio local, la organización civil Mundo Vapeando, alerta que estos productos que se venden en el mercado negro carecen de las mínimas medidas de seguridad, por lo que representan un alto riesgo para quien los consume.