En las elecciones parlamentarias de Cuba celebradas el domingo pasado, solo el 75,92% de los más de 8,1 millones de cubanos convocados para votar acudieron a las urnas, la participación más baja registrada desde la Revolución de 1959.
Aunque el porcentaje sigue siendo alto en comparación con otros países, se aleja considerablemente de la media histórica previa a 2018, que superaba el 90%.
Además, el 6,22% de las boletas estuvieron en blanco y el 3,50% fueron anuladas. Sin embargo, todos los 470 candidatos lograron superar el umbral del 50% de los votos, lo que les permitió ser elegidos.
La presidenta del Consejo Electoral Nacional (CEN) destacó que el proceso se realizó sin incidentes y con legalidad, aunque tres ONG de observación electoral independiente denunciaron irregularidades y afirmaron que no se atendió a la “voluntad” del electorado.