Sammy Fabelman es un niño que comienza a enamorarse del cine desde pequeño; sin embargo, pronto descubrirá un secreto familiar devastador y tendrá que explorar cómo el poder de las películas puede ayudarlo a contar historias y a forjar su propia identidad.
‘The Fabelmans‘ (‘Los Fabelmans‘) es la última película del reconocido director Steven Spielberg y ha conseguido hacerse del agrado de la crítica especializada, lo que le ha llevado a conseguir siete nominaciones a los Premios Oscar, incluyendo las codiciadas categorías a Mejor Película y Mejor Director. Cabe recordar que, en 1994, Spielberg ganó el Oscar a Mejor Película y Mejor Director por La lista de Schindler, así como en 1999 levantó el Oscar a Mejor Director por Salvando al soldado Ryan. Se trata, entonces, de un cineasta que ha mantenido una trayectoria bastante prolífica durante los casi cincuenta años que lleva trabajando en la industria, desde su debut consagratorio con ‘Jaws‘ (1975), hasta la obra hoy reseñada, la cual muchos han etiquetado como la más personal que haya hecho jamás.
Se trata de su obra más personal porque la historia versa sobre su propia vida de Spielberg. Es decir, estamos prácticamente ante un filme autobiográfico, aunque ello no quita que, seguramente, tenga algunas dosis de ficción. Sammy Fabelman es el personaje que encarna a nuestro director y, junto a él, asistiremos a su primera visita al cine, así como sus inquietudes que este primer encuentro con la pantalla grande le genera. Poco a poco, veremos cómo esa chispa de curiosidad se irá materializando en lo que parece primero un pasatiempo y luego se convertirá en una especie de catarsis: filmar cortometrajes. A medida que irá creciendo, su panorama del mundo también y enfrentará problemas familiares que lo obligarán a cuestionar más de una vez su vocación, así como lo entramparán en diversos dilemas que poco a poco le irán generando heridas difíciles de cerrar.
Lo destacable
Seguramente, el punto más fuerte es la facilidad de conectar con la historia gracias a cómo está escrita e interpretada. Sobre lo primero, estamos ante una película que es una carta de amor al cine, dado que somos testigos del enamoramiento del pequeño Sammy Fabelman con la cinematografía y los vemos dar sus primeros pasos en ello. Esto resulta en secuencias muy emotivas y en las que se derrocha inocencia de una manera genuina. Son estas donde encontramos la parte más soñadora y dulce del director, y muchas veces nos podemos ver reflejados como espectadores, sobre todo si somos amantes del cine. Sin embargo, también se trata sobre el amor a la familia y los vínculos que generamos al crecer, relaciones que no necesariamente siempre serán felices y que incluso pueden lastimarnos para siempre, por más que los demás no tengan la intención. Es ahí donde tenemos los ingredientes más amargos y dramáticos, lo cual termina llenando de mucho corazón al entramado, pues las vivencias del protagonista no solamente se sienten próximas, sino que también reales.
Sobre lo segundo, pues la interpretación principal pasa por una espectacular Michelle Williams (Mitzy Fabelman), que carga prácticamente con el arco dramático a sus espaldas. Si bien diríamos que el protagonista es Gabrielle LaBelle (Sammy Fabelman), la influencia de su madre, Mitzy, es la que hace que el entramado comience a desenrollarse. De hecho, es su camino en picada hacia la depresión lo que termina dictando la evolución más notoria de la historia y los puntos más claves de esta, una que simplemente podemos notar a partir de cómo van decayendo sus expresiones poco a poco. Es su manejo magistral de la expresión, así como su notable transformación progresiva, lo que le ha llevado seguramente a ser nominada a los Premios Oscar como Mejor Actriz
Una mención aparte aguarda a Paul Dano, quien encarna a Burt Fabelman, el padre de Sammy. Su rol de hombre de casa abocado al trabajo es un poco estereotipado, pero funciona bien dentro de la narrativa, sobre todo en los momentos familiares más íntimos, donde trata de imponer su carisma para comandar a una familia que parece caerse a pedazos. Asimismo, los entretejidos con su esposa Mitzy son lo que terminan haciendo estallar el conflicto principal y la forma en cómo enfrenta ello, con una ecuanimidad inquietante, termina siendo deslumbrante. Para cerrar sobre el casting, se siente que la mayoría de actores y actrices de reparto cumplen con creces y no desentonan, aunque algunos caigan un poco en la exageración, así que queda la sensación de que se hizo un buen trabajo en ese sentido, sobre todo porque incluso el mismo LaBelle lo hace muy bien, a pesar de su juventud.
Lo cuestionable
Habría que discutir, probablemente, en qué medida la utilización de fórmulas tan seguras convierten a una película en un cliché por sí misma. Este puede ser el caso de nuestra obra en cuestión, aunque hay que admitir que son lugares comunes que Spielberg ha sabido dominar con maestría a lo largo de su filmografía y que no hacen que sus obras sean malas, sino meramente predecibles. Este quizás esa sea el mayor pecado de este filme, pues, al ser autobiográfico, hay poco que se pueda esperar desde el guionado para darle una vuelta de tuerca a la historia, una que el mismo director ya contó a detalle hace poco en un documental. El haber agotado el tema de la relación rota con sus padres o lo difícil que fue su adolescencia por su ascendencia judía hacen que uno espere algo más que rompa los esquemas, pero aterriza como siempre en terreno seguro y no se arriesga a más. Al fin y al cabo, es lo que a Hollywood le gusta y premia, por lo que termina siendo entendible.
Por otro lado, creo que la duración termina siendo, por lo menos, cuestionable. O se animaba a contar una historia más concisa y efectiva, o una más larga, completa e interesante. Mi respuesta es que se termina quedando al medio con los 151 minutos de metraje que propone, los cuales tienen momentos brillantes, pero varios que pecan de intrascendentes y que tranquilamente pudieron ahorrarse, aunque -claro está- Spielberg seguramente no lo haría, porque se tratan de escenas o pasajes que guardan gran valor para él. A final de cuentas, es la historia de sus comienzos en el cine, por lo que justamente hubiera sido interesante al menos ver una especie de salto del tiempo en el final en el que se muestre cómo fue introduciéndose en la industria del cine y consagrando sus obras en cada década, pero no tenemos más que un final abierto, aunque -hay que decirlo- no del todo defectuoso.
El veredicto
Recomiendo esta película para quienes gusten de los dramas, no tan acaramelados, pero sí con la mayoría de clichés del género. Steven Spielberg nos cuenta la historia de los inicios de su vida artística y se toma toda las licencias necesarias para hacerlo sin arriesgar demasiado, pero sí apostando a lo seguro con todos los ingredientes que le permitan una narración con la que podamos empatizar fácilmente. Nos va regalando lindas postales de la niñez y la adolescencia, pero también se encarga de mostrarnos las dificultades familiares que atravesó para generar esa sensación agridulce que no es fácil de concretar sin llegar al aburrimiento. Es una cinta que gana en la medida que acude a una fascinación contagiosa por el cine cuando nos muestra la parte obrera de esta, en la filmación más casera y rústica en sus inicios, así como en el trabajo de edición a mano. En este enamoramiento de él con el séptimo arte, uno que también logra enamorar al espectador, está quizás su fortaleza, pero vale decir que se queda lejos de ser una obra maestra. No es tal vez siquiera la mejor producción de Spielberg, pero es la que hizo con más corazón y eso se nota tal vez demasiado, sobre todo porque resulta complaciente en exceso, lo que a estas alturas de su carrera claramente no necesita.
¿Sabías que…?
El actor estadounidense Paul Dano (19/06/1984) tuvo una de sus últimas apariciones estelares en Hollywood en la cinta de ‘The Batman‘ (2022), donde interpretó a “The Riddler”, el villano principal de la cinta.
Puedes verla en: Cines
Rating: 4/5
Ficha Técnica
- Director: Steven Spielberg
- Casting: Michelle Williams, Paul Dano, Gabriel LaBelle, Seth Rogen, Judd Hirsch, Mateo Zoryon Francis-DeFord
- Guion: Tony Kushner y Steven Spielberg
- Música: John Williams
- Fotografía: Janusz Kaminski
- Género: Drama
- Duración: 151 minutos
The Review
'The Fabelmans' (2022)
Recomiendo esta película para quienes gusten de los dramas, no tan acaramelados, pero sí con la mayoría de clichés del género. Steven Spielberg nos cuenta la historia de los inicios de su vida artística y se toma toda las licencias necesarias para hacerlo sin arriesgar demasiado, pero sí apostando a lo seguro con todos los ingredientes que le permitan una narración con la que podamos empatizar fácilmente. Nos va regalando lindas postales de la niñez y la adolescencia, pero también se encarga de mostrarnos las dificultades familiares que atravesó para generar esa sensación agridulce que no es fácil de concretar sin llegar al aburrimiento. Es una cinta que gana en la medida que acude a una fascinación contagiosa por el cine cuando nos muestra la parte obrera de esta, en la filmación más casera y rústica en sus inicios, así como en el trabajo de edición a mano. En este enamoramiento de él con el séptimo arte, uno que también logra enamorar al espectador, está quizás su fortaleza, pero vale decir que se queda lejos de ser una obra maestra. No es tal vez siquiera la mejor producción de Spielberg, pero es la que hizo con más corazón y eso se nota tal vez demasiado, sobre todo porque resulta complaciente en exceso, lo que a estas alturas de su carrera claramente no necesita.
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